El rechazo del sexo

¿Estás rechazando el sexo inconscientemente? ¿Lo estará haciendo tu pareja?

El "rechazo sexual"

¿Estás rechazando el sexo inconscientemente?

Aunque suene extraño, es otra posibilidad. Un poco más inquietante es caer en cuenta de que el problema no es la técnica de tu amante, sino el hecho de que simplemente ya no te sientes atraída.

Si bien existen numerosas formas de sazonar tu vida sexual, es muy complicado volver a encarrilar las cosas cuando la llama de la pasión se ha extinguido.

La solución a esto me temo que quedará por tu cuenta, aunque deberás pensar bien si quieres seguir o no teniendo una relación sin sexo.

La variedad de circunstancias hace que cada caso sea único, y tu decisión, más allá de una meditación, merecerá responder a los llamados de tu corazón.

El sexo es una poderosa herramienta de negociación en las relaciones. Si tu pareja ha sido siempre un amante desenfrenado, entonces privarlo de su principal fuente de placer puede ser enormemente satisfactorio para ti.

A veces —particularmente si estás enojada con él— lo haces a propósito. Otras veces, si estás profundamente dolida por algo, esto podría suceder en forma inconsciente.

Los problemas sexuales raramente tienen que ver sólo con el sexo, y suelen ser signo de que la relación no se encuentra en buen estado.

¿Piensas en secreto que el sexo es algo malo o sucio?

La mayoría de las mujeres aprenden a llegar al orgasmo a través de la masturbación.

Si vienes de una familia estrictamente religiosa o tus padres te han dicho que la masturbación es algo sucio e inmoral, posiblemente no te hayas tocado en tu vida.

No obstante, nunca es demasiado tarde para comenzar a explorar tu cuerpo. Procura comenzar de a poco —como si estuvieras aprendiendo a caminar— hasta que seas capaz de alcanzar el orgasmo con tus propias manos.

Algunas otras ideas…

·         Edúcate acerca del sexo. Busca buena literatura y procura que tu pareja haga lo mismo.

·         Haz del sexo algo más normal cambiando su nombre. Usar una palabra que tu cerebro no asocie con algo “malo” será menos amenazador. Por ejemplo, puedes decir “vamos a divertirnos” en lugar de “vamos a tener sexo”.

·         Deja de preocuparte por lo que piensan los demás. Solemos preocuparnos por lo que nuestra pareja pensará. Solemos preocuparnos por lo que dirían nuestros padres si nos vieran.

Tómate las cosas con más calma. Siempre que creas que tus pensamientos van a ocuparse del qué dirán, procura combatirlos y rehusarte a caer en ese terreno.

·         Basta de los asuntos relacionados a la imagen corporal. Así que no eres perfecta… Pues bien, tampoco yo lo soy. Bienvenida a la vida real. Nadie es perfecto —tampoco los hombres—.

Deja de pensar de esta manera y sigue el consejo de los hombres: a la hora de mirarte al espejo, concéntrate en las partes de tu cuerpo que más te gustan y olvídate de aquellas que no te caen tan bien.

·         Examina tu pasado sexual. ¿Qué mensajes recibiste de tus padres acerca del sexo? ¿Qué otras experiencias has tenido en el pasado que podrían estar afectándote ahora?

Habla con tus amigos de confianza. Habla con tu hombre. Habla con un psicólogo o un sexólogo si así lo prefieres.

·         Permanece en el momento en que estás teniendo sexo. Di presente. Concéntrate en tus sentimientos y sensaciones.

Si sientes que tu mente desea explorar territorios negativos —o incluso echar un vistazo a tu lista de tareas de mañana— oblígala a volver.

Abre tus ojos y mira la escena si te sirve para mantenerte en la relación sexual. Y no hagas que todo gire alrededor del orgasmo.

Simplemente permítete disfrutar de lo que está ocurriendo allí, en ese momento. 

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