A mayor edad… ¿menos memoria?

Diversos estudios científicos confirman una relación entre el envejecimiento y algunos problemas a nivel cognitivo. Sin embargo, existen muchos medios para revertir esta consecuencia de la edad...

El deterioro de la memoria y la función cognoscitiva, es decir el
pensamiento y la capacidad de aprender, es considerado por muchas autoridades
médicas como una consecuencia normal del envejecimiento.
Por lo tanto, el deterioro cognitivo relacionado con la edad (DCRE) no se
considera una enfermedad, aunque los especialistas difieren si está en parte
relacionado con la enfermedad de Alzheimer y otras enfermedades similares, o si
es una entidad separada.

Las personas que sufren este problema experimentan un empeoramiento de la
memoria, aprendizaje, concentración, atención, uso del lenguaje, y otras
funciones mentales.

El DCRE ocurre generalmente de una forma gradual. De hecho, el descenso
cognitivo repentino no es parte del envejecimiento normal.
Cuando alguien desarrolla una enfermedad tal como la enfermedad de Alzheimer,
el empeoramiento mental sucede, generalmente, de una forma rápida.
Por el contrario, el desempeño cognitivo en adultos de edad avanzada sanos
queda, normalmente, estable por muchos años, con sólo descensos leves durante
cortos tiempos en la memoria y la reacción.

Sin embargo, la mayoría de quienes creen que tienen problemas de memoria,
en realidad no los tienen. Por lo tanto, la evaluación de la función cognitiva
requiere de una evaluación profesional especializada.

De hecho, los neuropsicólogos y psiquiatras emplean sofisticados métodos
para evaluar el desempeño cognitivo, y discernir y medir exactamente la
severidad de un eventual trastorno del mismo. En consecuencia, debe ser
consultado un profesional calificado de salud mental si se sospecha un
deterioro en la memoria.

Algunas personas adultas tienen una problemas cognitivos y de memoria
mayores que los atribuibles al envejecimiento normal, pero sus síntomas no son
tan severos como para justificar un diagnóstico de mal de Alzheimer. Algunas de
estas personas pueden luego desarrollar el mal de Alzheimer, pero otros no.
Los especialistas han sugerido varios términos para esta categoría intermedia,
incluyendo “deterioro cognitivo moderado” y “desordenes neurocognitivos moderados”.

Los factores de riesgo para DCRE incluyen la edad avanzada, el género femenino,
infartos previos, y las fallas cardíacas.

Formas de tratamiento

Aunque no hay una terapia
medicamentosa estándar de DCRE, varios agentes llamados “nootrópicos” pueden
proporcionar mejoras en la función cognoscitiva.
Las drogas nootrópicas se utilizan específicamente para facilitar el
aprendizaje y la memoria, así como quizás prevenir los déficits cognitivos
asociados con las demencias.
Las drogas nootrópicas que se utilizan actualmente incluyen el Mesilato de
Codergocrina,

la idebenenona, y los derivados de un
neurotransmisor llamado GABA (vinpocetina, bifemelano, piracetam, oxiracetam, y
nebracetam).