Llegado el
tiempo de ser abuelos, no será necesario recluirse en la casa simplemente a ver
las telenovelas y observar como crecen los nietos, pues existen infinidad de
alternativas para combinar estas actividades con otras más personales y
propias.
Para cuando se
llegue a cierta edad, generalmente se habrá completado la educación, carreras,
se habrá casado, criado hijos, y en la mayoría de los casos, hecho una
contribución al mundo en el que vive.
Sin embargo, la
mayoría de los adultos mayores, que creían haber comprendido todos los
significados de la vida sin que nada ya pudiera sorprenderles, se encuentran de
un día para el otro que todavía quedan muchas energías y ganas de continuar,
a pesar de estar en aquella fase que muchas personas denominan como el retiro.
¿Qué es, entonces, lo que mejor podría hacer en esta flamante y emocionante
nueva etapa?
Entendiendo la falsa
dicotomía, siguiendo en actividad
En primer lugar,
se debe entender que la vida actual de los abuelos dista mucho de la que se vivía
en el pasado. Hoy en día, más allá de cuidar a los nietos, se puede continuar
teniendo una vida activa, incluso en lo laboral. Esto no significa dejar de
prestar atención a los nietos, sino, muy por el contrario, estar vigorosos y
activos para pasar un tiempo de mayor calidad con ellos.
Claro que para
esto, será muy necesario recrear un ambiente de trabajo en donde no podrá
faltar una política de bienestar en vez de una política enferma, ayudando a
cada persona a tener la importancia que merece en el trabajo grupal, basada esta
en su talento y su calidad humana.
De esta forma,
se podrá lograr llevar adelante una vida profesional y divertida, algo que es más
que importante para los mayores, pues caso contrario será muy complicado
permanecer en la vida laboral. Además, cuando se logran estas cuestiones, la
compañía para que se trabaja puede ser más eficiente con sus clientes,
complacientes con sus empleados, y sostenedora con la familia de cada uno de
ellos.
Esto podrá
marcar la diferencia entre los abuelos que permanecen en los trabajos que en los
que crecieron y en los que trabajan desde hace ya mucho tiempo, y entre quienes
insisten en lograr un plan de pensión para patear de una vez por todas sus
empleos, tengan o no los recursos necesarios para dejar sus puestos ahora.
De todas formas,
dejar un empleo nocivo no significa dejar la actividad laboral. Mucha gente
simplemente toma nuevas direcciones, que a veces dan un espectacular vuelco a su
vida.
Por ejemplo, están
aquellos que luego de dejar el trabajo, lejos de marcharse a su casa y
recluirse, se han vuelto líderes de sus centros comunitarios locales, e incluso
nacionales. Otros empiezan a profesionalizarse en su hobbie, por lo que luego de
tomar prácticas intensas de un disciplina, y ver que tienen talentos para
realizarlas, comienzan a dar cursos o a vender sus producciones.
Posiblemente
también usted tenga una historia interesante de cómo combina su rol de abuelo
con sus actividades personales. Nos interesaría leer al respecto, especialmente
si ha hecho un importante cambio, para bien, en su vida adulta, aunque también
para el caso de que apreciara hacer un cambio pero no lo haya hecho hasta el
momento, y las respectivas razones por las que esto le sucede. Para dejar su
mensaje, escriba debajo, en la sección de opinión de esta nota.