Día internacional de la mujer

Esperemos que el 8 de marzo sea celebrado todos los días, desde un abrazo cariñoso, una palabra de afecto, una mejor comprensión entre las parejas y que toda violencia que hay en contra las mujeres se disipe. Que esta fecha pueda enseñar a todos los seres humanos que, todavía tenemos una larga trayectoria que seguir…

Hay muchas razones para que las mujeres sean consideradas distintas pero no mucho. A ver…

El cuerpo de la mujer es más flexible, es menos alto que el del hombre, tiene menos piel, músculos menos resistentes, espaldas estrechas, nalgas prominentes, corazón pequeño pero rápido, una postura original y su torso tiene forma de reloj de arena, gracias a la estrecha cintura y forma de las caderas.

La mujer es un ser plural por naturaleza. Su sensibilidad delante el sufrimiento del prójimo es increíble; su sonrisa puede desarmar el mundo y a la vez sus lágrimas pueden entristecerlo; sus ganas de mantener su hogar siempre armónico a pesar de las dificultades son admirables y a la vez puede dejarlo si no recibe el amor suficiente para calentar su alma sensible. Es como una flor que necesita de agua y sol todos los días y si no los recibe, se marchita.

En materia de igualdad de derechos laborales, es curioso lo que va de pintado a lo vivo.

Se contrata mano de obra femenina a buen precio, aunque a la hora de firmar los dichos convenios no hagan equilibrios de redacción para no vulgarizar el axioma por todos acatados de << a trabajo igual, igual salario>>.

Y ésto es precisamente lo que las mujeres deben exigir: igualdad en el trato laboral, en los derechos y en las obligaciones.

¿ Cree usted que los hombres y las mujeres quieren ser iguales?

Sin embargo, la incorporación de la mujer al mundo del trabajo extra doméstico – el otro, el del hogar ha sido desde siempre su reino particular- es un proceso incontrovertible. De los que no se pueden parar.

Deseemos, pues, que lo haga por su propia voluntad, siguiendo su vocación equilibradamente, aceptada con respeto y justicia y que no le sea reservada únicamente  la sacrosanta tarea de esposa y madre.

La mujer ha aprendido que a lo largo del tiempo, que la primera condición para asumir el papel que quiere es estar consciente de que hay maneras distintas de vivir, desde que les sean confortables. Lo bueno es que todos evolucionaron en ese proceso.

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