El pasado sábado 15, tanto Marty, Stella Maris, Alicia, Santiago, Zulma,
Adela, María Bernarda y Marga decidieron despedir el año con una muy amistosa
cena a la luz del cariño y la devoción por esos momentos compartidos y
repetidos durante todo el año. Con diferentes caras y nombres pero con la misma
camaradería.
La noche era ideal, tanto el clima como el restaurante de la calle
Güemes en Palermo agregaban el brillo que a esa altura parecía innecesario…
es que el por primera vez aparecido Santiago –hasta ese momento la gran incógnita
de las reuniones de En Plenitud- desmistificaba todos los rumores que lo
signaban como “Santiago el tímido” al sentarse a la cabecera y mostrar toda
su espontaneidad.
No podía faltar Marty, una de las fundadoras del “Club de Amigos
de EnPlenitud” y con asistencia perfecta en cada una de las reuniones.
Cualquiera que hubiese subido los diez escalones y escuchado las carcajadas y
sonrisas de todas esas personas, hubiera pensado seguramente en una cosa: son
amigos de toda la vida…
Y lo cierto, es que si bien todo comenzó hace muy poco, también
es cierto que la amistad es un poder que une y dignifica y que no tiene medida
de tiempo…pero sí de intensidad.
Los brindis, las palabras, las risas, los cafés, las miradas, la
complicidad, siempre presentes en todas estas reuniones a lo largo del año.
La
amistad ha mostrado a muchos de quienes han compartido algo de su tiempo, que si
bien los problemas son muchos, la forma de enfrentarlos debe encontrarnos
unidos… juntos… como los encuentra a los Amigos de En Plenitud… amigos de
toda la vida.