Es posible que la primera cosa en la que usted piense al despertarse por la
mañana, sea en una taza de café. Esto le sucede a la mayoría de las personas,
pero… ¿qué pasa cuando esta necesidad se manifiesta en todo momento del día?
Todos sabemos que la cafeína es adictiva, pero pocos controlan la cantidad de
cafeína que toman cada día.
La cafeína es un estimulante moderado del sistema nervioso central. Estimula al
cerebro, la zona digestiva, acelera el metabolismo y aumenta los niveles de
serotonina -un neurotransmisor que mejora el humor- en el cerebro.
Los atletas suelen usar a la cafeína para ayudarse a lograr más energía,
ahorrando además glucógeno, fundamental para poder mantener un rendimiento
regular. La cafeína también se encuentra en muchos suplementos dietéticos
adelgazantes, debido a sus efectos sobre el metabolismo.
Al ingerirla en altas dosis, la cafeína puede tener diversos efectos negativos.
Entre ellos, se encuentran:
• Latidos del corazón en forma demasiado rápida (taquicardia)
• Sensación de irritabilidad
• Insomnio
• Ansiedad y nerviosismo
• Deshidratación a causa del aumento de la diuresis (surge una molesta necesidad
de orinar continuamente)
• Indigestión
• Falta de concentración
• Menor flexibilidad muscular
No son pocas las personas que ven a estos efectos como algo de poca importancia,
en comparación con la necesidad que sienten de lograr cierto estímulo durante
algunas horas, gracias a la cafeína. Es muy llamativo, puesto que la
irritabilidad, el insomnio, y la falta de concentración no parecen ser
sensaciones demasiado estimulantes.
La concentración de cafeína en
los alimentos
Esta es la concentración de cafeína en los alimentos más comunes:
Café común (150 cc.): 115 mg.;
Gaseosa dietética (lata de 354 cc.): 41 mg.;
Té frío (350 cc.): 15 mg.;
Café descafeinado (150 cc.): 3 mg.;
Té común (150 cc.): 31 mg.;
Café expreso (30 cc.): 35 mg.
Barra de caramelo (30 cc.): 20 mg.
La cantidad necesaria para provocar algunos cambios en nuestro cuerpo es de 100 mg. diarios, aunque esto no repercute en la salud. Una taza de café, que puede
contener más de 150 cc., no es por si sola dañina para la salud. En todo caso,
el problema se presenta por la sumatoria de elementos que contienen cafeína.
La mayoría de los especialistas, coinciden en señalar que consumir hasta 200 o
300 mg. de cafeína diaria -o bien tres tazas de de café-, no debería afectar la
salud en el largo plazo. La cafeína se puede eliminar en unas pocas horas, y no
se acumula en nuestro cuerpo.
En el caso de las mujeres embarazadas, se aconseja especialmente un bajo
consumo de cafeína, para prevenir cualquier riesgo de nacimiento prematuro o
aborto espontáneo. Según estudios realizados en los Estados Unidos, la cafeína
no tendría ningún tipo de relación con el cáncer.
La cafeína tampoco causa problemas cardiacos, aunque, como señalamos, puede
provocar un ritmo cardíaco demasiado acelaerado, algo que podría molestar
bastante a quienes ya sufran del corazón.
En el caso de los chicos, dosis más bajas que las citadas también pueden
repercutir muy negativamente. Por lo tanto, tal vez sea preferible que vuelvan a
tomar esas leches llenas de chocolate, antes que café, en sus desayunos.
Logrando una dieta adecuada
Muchos alimentos no detallan en sus envases la cantidad de cafeína contenida. Y
como las cantidades de este elemento varían enormemente de alimento en alimento, es
muy difícil saber cuanto se consume realmente cada día. Sin embargo, como no es
necesario “un mínimo” de cafeína para una buena salud, es preferible elegir
TODOS los alimentos que sean bajos en este ingrediente.
Básicamente, será necesario no tomar más de tres tazas de café diario, y tratar
de eliminar de su dieta cualquier producto que anuncie en su etiqueta que posee
cafeína. Para esto, deberá fijarse en la etiqueta de TODOS los alimentos, puesto
que hasta el yogur puede contener cafeína.
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