Alejandro Dolina: No existe el hombre sensible químicamente puro

Su libro “Crónicas del Angel Gris” vendió más de 500.000 ejemplares. Su programa radial “La venganza será terrible”, que vuelve a emitirse por Continental, es desde hace varios años el más escuchado en el horario de la medianoche. Pero Alejandro Dolina no emite los habituales discursos que se oyen desde los medios masivos de comunicación, sino que, muy por el contrario, intenta con su mensaje desafiar un sistema al que considera frío, impersonal, y demasiado racional.

Usted
escribió alguna vez que de chico solía identificarse con “las muchedumbres
que a las seis de la mañana toman el fierro frío del ferrocarril” ¿Pensó
que su futuro sería en un lugar muy distinto, es decir los medios de comunicación?

Bueno,
yo he sido parte de esas muchedumbres, por ejemplo cuando estudiaba, o cuando
empecé a trabajar y, efectivamente, tomaba el fierro frío del pasamano del
ferrocarril.

La verdad es que no sé si he soñado exactamente este presente,
pero he soñado tantas cosas que es muy probable que alguna de ellas tuviera que
ver con esto. Eso no quiere decir que lo planeara ni que lo esperara, pero
imaginaba distintos futuros.

Por ahí uno de ellos era ser campeón mundial de
los Welters Juniors, el otro era ser centrofoward de Boca, y alguno, -y hasta
casi podría asegurar que lo recuerdo-, alguno de los futuros que imaginaba era
parecido a este ¿y mirá si yo trabajara en la radio y dijera cosas? .

Y bueno,
de tanto soñar resulta que algún sueño se cumple, no por la suerte, si no por
que uno sueña tanto que es fatal que algún sueño se termine por cumplir.

¿Y
que puede decir de estos soñadores que describe en su libro, a los que llama
“los hombres sensibles”?

No
existe el hombre sensible químicamente puro. Los hombres sensibles son una
convención literaria, en la vida real no los hay, como tampoco existen sus
antagonistas, los refutadores de leyenda,
químicamente puros. Somos una mezcla de hombres sensibles y de refutadores de
leyenda.

Algunos tienen un componente mucho mayor de sensibilidad, y otros un
componente mayor de raciocinio. Pero el hombre sensible químicamente puro
existe únicamente en los loqueros.

De cualquier forma, si se admite algún
pequeño componente de razonamiento lógico, podría citar escritores como
Pascal
, o Don Miguel de Unamuno, que eran prototipos de hombres sensibles en
la medida que privilegiaban el sentimiento por encima de la razón, a pesar de
que los dos han sido eminentes pensadores: Pascal
un gran científico y Unamuno un filólogo impresionante.

De manera que poseían
la ciencia y la erudición pero sospechaban de ella, justamente por que la conocían
muy bien. Yo diría que esos son hombres sensibles, o por lo menos son hombres
que piensan que más nos ayuda la pasión y el sentimiento que la razón, en
casi todas las cosas importantes de la vida.

¿Que
similitudes encuentra entre estos hombres sensibles y usted?

Muchas.
Yo también creo mas en la pasión y en el sentimiento que en la razón, a pesar
de que por ahí sea un hombre de razonamiento. Pero particularmente entre los
personajes de mi libro hay totales similitudes, por que yo creo que los cuatro
personajes principales que son Mandeb, Allen, Castañino y el “ruso”
Salzman, son parte de mí.

Yo me inspire en algunos tipos que conocía, pero más
adelante me di cuenta que me estaba describiendo a mí mismo en distintos
periodos o momentos de mi vida. Yo también he sido jugador, he sido poeta, he
sido pensador loco y he sido músico, y cada uno de ellos son una parte mía en
la actualidad.

¿Que
antecedentes tuvo de base para retratar esta antagonía entre hombres sensibles
y los refutadores de leyenda?

Bueno,
hay un corpus inmenso: Sábato, Soren Kierkegaard y los escritores mencionados
antes, por ejemplo.

Ellos escribieron mucho sobre esta dualidad, que es tan
antigua como el pensamiento mismo. Y a mí es una cuestión que siempre me ha
fascinado mucho, particularmente por que vivimos en un tiempo que privilegia la
razón: este es el tiempo de los refutadores, de manera que entonces tiene más
sentido hacer un poco de fuerza por
el sentimiento, no tanto por que uno crea que el sentimiento es mejor que la razón,
si no por que vivimos en un mundo en que la razón ocupa casi todo y hay muy
poco lugar para la pasión, para privilegiar el pensamiento romántico, en el
sentido de lo abstracto antes que lo concreto, lo lunar antes que lo solar, lo
pasional antes que lo racional.

Todo el mundo me dice sea razonable, y yo no he
escuchado casi nunca que me digan sea sensible, sea pasional, eso esta muy
reprimido.

Este es un mundo que tiende al orden, o a este orden en que vivimos,
donde existe un cierto privilegio de la razón. Pero uno, como hombre concreto,
se tiene que revelar ante eso. –Pero…
¿Qué es esto? ¡Yo no soy un robot, soy una persona
!

Es
el mensaje que nos suelen dar a medida que crecemos ¿ Uno podría pensar entonces que la cantidad de pasión es inversamente a proporcional
a nuestra edad?

Bueno,
los psicólogos saben mucho de esto por que esta represión del sentimiento que
se verifica desde chicos, termina por anular toda explosión pasional en las
personas, y así hay gente que durante veinte años hace tratamiento psicoanalítico,
ya que no consigue verificar un buen acto sexual porque desde chico le han dicho
que por favor no se calentara, y el tipo lleva esto hasta las ultimas
consecuencias.

Pero
además, la sociedad en que vivimos esta todo el tiempo haciendo que refrenemos
nuestras pasiones, nos enseña a no llorar, a no calentarnos demasiado, a ser
personas pacientes.

¿Marchamos
inexorablemente hacia una tierra de refutadores de leyenda?

Exactamente,
de gente que privilegia el poder de la razón y del dinero, y la prueba está en
que todos nosotros parecemos condenados a convertirnos en una pieza de este
gigantesco engranaje despersonalizado como bien dice Sábato, y lo que uno solo
puede hacer, también como diría Sábato, es tender estrechos y frágiles
puentes, que por un rato nos liberen de ese espantoso destino.

¿Y
en quienes confía para que tiendan esos estrechos y frágiles puentes?

Yo
confío en las rebeliones particulares. Y confío antes que nada en los
artistas. Creo que los artistas son el foco principal de la resistencia romántica
frente al avance de los refutadores de leyendas.

Yo casi ni escucho pensadores
que hablen de esto, ni ideólogos, ni periodistas, ni los mentores de la
sociedad, pero sí los artistas, los poetas y los escritores.

Ese mundo un poco
loco del arte es donde estalla esa rebelión pasional, ante un mundo que cada
vez se tecnifica mas y donde el hombre termina convertido en una simple pieza,
que por supuesto es de metal.