“Para la mayoría de la gente el problema del amor consiste fundamentalmente en
ser amado y no en amar; no en la propia capacidad de amar”.
Erich Fromm.
Los tres
primeros pasos para amar y ser amado son:
-
Amarnos a
nosotros mismos -
Sentirnos a
gusto en nuestra propia compañía -
Reconocer que
somos únicos y valiosos
Debemos entender que, si estamos llenos de amor para nosotros mismos, eso será
lo que tenemos para darle a los demás. Que si aceptamos que no necesitamos a
nadie para estar bien, nos será más fácil encontrar a alguien que disfrute de
nuestra compañía y saber también que somos muy valiosos por lo que será un honor
para cualquier persona estar con nosotros.
Ahora lo que debemos comprender que lo más importante no es que los demás nos
amen, sino que nosotros debemos empezar amar a los demás. Amarlos por lo que son
y no por lo que aparentan ser.
Pero, ¿qué se necesita para amar a los demás tal y como son?: Compasión
Detrás de cada persona hay una historia de alegrías y tristezas. Muchas veces
juzgamos a los demás pero, sin tomar en cuenta las situaciones que rodearon su
vida.
Nuestra propia historia nos lleva a
todos por caminos diferentes, define nuestros gustos y nuestra propia forma de
ver la vida. Tener compasión es poder aceptar las diferentes formas de pensar,
actuar y vivir de todos los que nos rodean.
Es poder ver en otros a otro ser
humano que, al igual que nosotros, lo único que quiere es que su vida vaya mejor
y salir adelante.
Es entender que todos tenemos temores,
conflictos interiores y que todos cometemos errores porque sólo hacemos lo mejor
que podemos con los conocimientos y en las circunstancias que nos rodean.
Todos estamos juntos en este viaje por
la vida, todos nos necesitamos unos a otros para vivir mejor, entonces ¿por qué
no ayudarnos entre nosotros?
Ser amable, en el significado estricto
de la palabra, es hacer posible que los otros nos amen.
Ser amables, nos permite que los demás
nos amen, abramos nuestra mente a las diferentes formas de pensar y ser de los
demás. Amemos a los demás como son y no como quisiéramos que fueran.
Sólo podemos
dar lo que tenemos dentro de nosotros y sólo recibiremos lo que ofrezcamos.
Demos
amor, comprensión, compasión y bondad y recibiremos lo mismo.
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