¿La falta de sexo produce estrés?
Ampliamente se han demostrado los estragos que genera el estrés. No hay arista
del cuerpo o de la mente que no se haya desfigurado con su toque y su presencia.
No es novedad que el agobio cotidiano y la vorágine en la que se sobrevive
diariamente domina el apetito sexual.
Una reciente investigación alemana le agrega malestar a la trama ya que se
asegura que la falta de sexo genera
estrés. Psicólogos de
la Universidad germana de Gotinga han entrevistado a 31.868 hombres y mujeres.
El 36 por ciento de los varones y el 35 por ciento de las féminas que mantienen
relaciones íntimas se concentran en el campo laboral y en otras actividades para
olvidar frustraciones y para ocupar sus vidas.
Más de la mitad de los encuestados afirmó que mantienen relaciones solamente una
vez a la semana.
La realidad se
convierte en un círculo vicioso del cual es complejo librarse ya que
no tener sexo
provoca estrés, pero no se tiene sexo a raíz de la tensión diaria.
“A menor cantidad de sexo, más ocupaciones. Más se llenan las agendas con
actividades que imposibilitan el encuentro. Hombres y mujeres agotan sus
energías en otras actividades y cuando llegan a sus hogares lo único que quieren
es acostarse, sí, pero a dormir”, razona el sexólogo chileno Jaime Navarro
Vargas, quien ha sido entrevistado especialmente ya que también ha hecho una
reciente investigación privada acerca de la apatía sexual, que le ha llevado
varios años de estudio y que ha arrojado cifras alarmantes en Chile.
“El síndrome del deseo sexual inhibido es un mal extendido en todo el mundo
porque se relaciona directa y casi únicamente con el estilo de vida que se lleva
que es inhumano y mortal.
Dejando de lado los posibles problemas físicos que una persona pueda llegar a
tener para no querer o no poder hacer el amor, es inimaginable y lamentable lo
que está pasando con personas absolutamente sanas que se abstienen de tener sexo
por tener que cumplir con obligaciones que exigen toda la concentración”,
continúa explicando.
De las ocho mil parejas chilenas, de edades que oscilan entre los 21 y 45 años
que fueron indagadas, el cuarenta y ocho por ciento de las mujeres aseguraron
que no mantienen relaciones sexuales ya que cuando llegan a sus hogares están
cansadas, deben atender los quehaceres domésticos y lo único que pretenden es
descansar.
Las cifras masculinas también resultaron sorprendentes ya que el cuarenta y tres
por ciento de los interrogados manifestaron que el
deseo sexual
solamente se mantiene alto en períodos de descanso como las vacaciones y que
durante el año están tan ocupados con las obligaciones que no pueden ni quieren
comprometerse afectivamente con nadie.
Esta falta de interés resulta dañina y peligrosa, pero diseña y explica una
tendencia mundial.
La falta de sexo nubla la vista... y todo el resto
Los especialistas
coinciden en que cargarse de tensiones es malo para la salud a corto y largo
plazo.
“La gente no ve las ventajas del sexo, más allá de ser una manifestación
carnal de amor, el sexo es terapéutico.
Las personas descansan mejor después de haber tenido relaciones íntimas, se
levantan de mejor humor y encarar un día con la mente clara y el cuerpo
despliega una luz y energía que se advierte a vista de cualquiera, pero lo más
importante es que las personas que practican el sexo no se preocupan tanto por
llenarse de obligaciones y no se someten al grado de estrés que manejan aquellos
que tienen las agendas repletas de actividades que enferman”, explica el
especialista.
“El contacto sexual, el tomarse de la mano o prodigarse un abrazo provoca que
se genere menos riesgo de contraer enfermedades físicas y mentales”,
continúa indicando Navarro Vargas.
Renunciar al costado más animal del ser humano es atentar contra la salud y dejar que se diluya la pasión y el estímulo en la pareja suelen ser negligencias caras de pagar. El primer paso para que esto no ocurra es aprender a liberar tensiones.
Consecuencias de la falta de sexo: cómo evitarlas
Es preferible tener encuentros eróticos que agendas repletas de compromisos que solamente producen agobio y falta de productividad laboral, para eso es recomendable:
- Trabajar la autoestima. Quererse es cuidarse y ocuparse de uno mismo. Encontrar tiempo para la relación y relajación.
- Huir de la monotonía sexual. Incluir juegos eróticos capaces de despertar los instintos más primitivos que estimulan el contacto y que predisponen a un segundo encuentro.
- El sexo, más que las citas y compromisos de trabajo es un buen liberador de energía. Cuanto menos intimidad se tenga, más frustración, más inseguridad y más sobrecarga de estrés.
- Se puede recurrir a una terapia sexual individual o de pareja para intentar hallar una solución y así reactivar la pareja.