Fingir en la cama: ¿sí o no?
Un orgasmo es una sensación muy placentera en la cual toda la energía sexual
acumulada durante la fase de excitación, se libera a través de una fuerte
contracción y espasmo cuyo próximo paso es una profunda relajación. En el caso
de las mujeres, luego de un orgasmo suele existir la necesidad de conexión
profunda con la persona con quien está.
Es un momento importante, de satisfacción y plenitud en el encuentro sexual.
Lamentablemente, y aunque parezca poco lógico, hay mujeres que por diversas
razones deciden fingir que han alcanzado esta sensación de clímax. Según algunas
estadísticas, todas o casi todas las mujeres alguna vez han fingido un orgasmo,
cosa con la que, personalmente, no estoy de acuerdo.
En realidad es interesante preguntarse cuáles motivaciones llevan a una mujer a
negarse esta posibilidad de placer. Entre las respuestas más habituales se
encuentran:
- no quiero herir a mi pareja.
- ya estaba cansada, quería irme a dormir
- me da vergüenza tardar tanto
- él me presionaba y quería satisfacerlo.
El orgasmo femenino tiene algunos signos sutiles y casi imperceptibles, que sólo
algunos hombres están preparados para detectar, por eso se le hace tan difícil a
la mayoría descubrir si la explosión de placer de su compañera es real o
fingida.
La vulva, vagina y útero tienen contracciones rítmicas, la respiración sube de
ritmo e intensidad, algunas partes de la piel se ponen rojas, y en algunas
ocasiones, hay sacudidas espasmódicas del cuerpo. La única forma real de saber
si una persona ha tenido un orgasmo es preguntándole (los hombres también pueden
fingir un orgasmo).
En la mayoría de los casos, las mujeres necesitan estímulo adicional del
clítoris para lograr la experiencia orgásmica, además de la penetración. Además,
se hace necesario haber establecido un vínculo de confianza que le permita
entregarse a sus sensaciones y abandonar el control.
El problema de fingir radica en que la mujer se está perdiendo una posibilidad
importante con respecto a su sexualidad que tiene que ver con su satisfacción,
su placer y su salud.
La descarga orgásmica es necesaria para completar un ciclo energético natural,
vital y saludable. La dificultad de completar este ciclo, a la larga puede
generar disfunciones en la salud tales como dolores de cabeza, mal humor, puede
ser una de las causas del síndrome pre-menstrual, entre otras molestias.
Lo que ocurre al anular la descarga mediante el orgasmo es similar al circuito
del estrés, donde hay una congestión y una acumulación de adrenalina que, al no
evacuarse, nos deja en un estado de presión e insatisfacción permanente, con su
correlato corporal.
Por responder a una presión externa de su compañero (y a veces propia) originada
en su necesidad de “demostrar” su habilidad como amante, muchas veces se pierde
el sentido del encuentro. La velocidad y la presión por conseguirlo son los
peores enemigos del orgasmo femenino. Es como si ella quisiera tener un orgasmo
“para él”.
Cómo
fingir un orgasmo sin engañarte a ti misma
La única persona a la que realmente una mujer engaña al fingir un orgasmo, es a
sí misma. Te propongo reflexionar sobre esta realidad e invitar a tu pareja a
conversar sobre el tema para encontrar juntos la forma más placentera de
relacionarse.
Es importante poder mantener abiertos los canales de comunicación que permitan
explorar a ambos las formas más efectivas de lograr placer. Pedir lo que a cada
uno le gusta, escuchar lo que la otra persona pide sin sentirse ofendido,
acompañar en ritmos, presiones e intensidades y saber leer los signos de placer
o displacer de la otra persona.
En todo caso, fingir jugando, incorporándolo como un juego puede contribuir a
estimular la excitación lo que finalmente puede contribuir a pasar a la próxima
etapa y gatillar la verdadera descarga. Jugar a “como si” puede ayudar al lograr
verdaderamente el “síiii”.
Por Lic. Verónica Kenigstein
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