La
búsqueda de la eterna juventud, ha tenido a bastantes personas ocupadas a lo
largo de los tiempos.
Lo cierto
es que no fue un fenómeno localizado ya que, en diferentes y variadas culturas,
podemos encontrar individuos que dedicaron su vida a la investigación y el
estudio de todo tipo de compuestos y elementos que pudieran utilizar en la
preparación de brebajes o elixires que les otorgasen, como por arte de magia, la
eterna juventud.
Así en esta
línea, de seguro que nos acordamos de algún que otro emperador chino que en su
día encargó a sus físicos un elixir que les permitiera permanecer jóvenes por
los tiempos de los tiempos.
O también
vienen a nuestro recuerdo muchos de aquellos alquimistas que, durante la etapa
del oscurantismo, experimentaron en la misma búsqueda inmersos en un velo que
entremezclaba ciencia y misticismo.
O posiblemente
pensemos en alguno de los conquistadores del Nuevo Mundo que intentó ser más
directo y no se dedicó precisamente a la investigación, sino que quiso descubrir
de una vez por
todas, la
fuente de la eterna juventud.
Paradójicamente, por supuesto, a más de uno de éstos, su búsqueda les acarreó
todo lo contrario a aquello que pretendían, es decir, no sólo no encontraron la
eterna juventud, sino que murieron debido a sus brebajes.
La cultura
hindú no ha quedado al margen de esta búsqueda, pero hay que decir en su favor,
que su investigación les ha sido mucho más provechosa y beneficiosa que al
resto. ¿Por qué? ¿Cuál es su pócima? ¿Dónde está su secreto? En los orejones.
Sí, como oyes,
los orejones. Prueba del delirio y la devoción que los hindúes sienten por los
orejones, es que éstos forman parte de los paisajes más característicos de la
India.
De esta forma y
por doquier, puedes encontrar inmensas “fabricas” de orejones, es decir, miles
de albaricoques desparramados por el suelo desecándose al sol.
Pero, te
preguntarás, ¿dónde está la clave? Bueno, lo cierto es que además de ser un
alimento muy energético y nutritivo, ideal para combatir trastornos como la
anemia, el estreñimiento y los problemas de la piel, los hindúes están realmente
convencidos de que en ellos radica el secreto de la eterna juventud.
Así es que, los
orejones son considerados como un alimento sagrado y son consumidos a todas
horas del día. Uno de los grupos más convencidos de ello son los monjes
budistas, y algo de razón deben llevar,
porque de hecho
estos religiosos tienen fama de vivir muchos años.
Sea más o menos
cierto, o no, la verdad es que daño no les van a hacer, a no ser que se den un
atracón, claro está Si el tema te ha convencido o como mínimo te parece
interesante, también tú puedes beneficiarte de las propiedades de los
albaricoques secados.
Lo tienes
fácil, sólo tienes que ir a la tienda más cercana de tu casa y comprarlos
perfectamente preparados, o si lo prefieres, prepáratelos tú mismo.
¿Cómo?
Evidentemente cómpralos sin secar y a continuación pélalos, córtalos por la
mitad y deshuésalos. Ahora exponlos al sol durante varios días hasta que se
sequen y… ¡ya está!
Disfruta de
todo un inofensivo elixir de la eterna juventud.
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