Hace pocos meses, el
Astrological Institute en Scottsdale, Estados Unidos, recibió una
acreditación por parte de la Comisión de Acreditación de Escuelas y
Universidades de Tecnología, un organismo norteamericano que se encarga de
evaluar los planes de enseñanza para otorgar, o no hacerlo, certificados
oficiales.
Esta fue al parecer la primera vez que una escuela de astrología ha
sido reconocida por tal cuerpo. Este organismo de acreditación no dio su
autorización para validar la enseñanza de la astrología, pero como la escuela
responde a patrones de enseñanza oficiales (horas cátedras, tipos de exámenes,
etc.), se intentó dar un aval a la calidad de su enseñanza.
Sin embargo, el curso de
esta escuela es un programa de un año que consiste en los fundamentos básicos de
la astrología y su puesta en práctica. Se educa a los estudiantes para escribir
columnas de periódico como parte de su práctica. La escuela prepara a los
estudiantes para este tipo de trabajos donde la astrología puede ser una fuente
de entretenimiento.
Teniendo en cuenta esto,
– es decir la pobre cantidad de tiempo y trabajo de campo, uno no podría
clasificar este programa como de profundidad o riguroso. En contraste a esto,
convertirse en un consultor astrológico requiere mucho estudio y práctica.
La
experiencia de campo o haber trabajado durante mucho tiempo es muy necesaria.
Pensar que las personas que poseen solo un título de “astrólogos” pueden ayudar
a sus pacientes sin dificultades, es muy imprudente, e incluso peligroso por
parte de las autoridades.
Si bien es bueno que la
astrología empiece a acreditarse, es una lastima que las escuelas que promueven
esto, sean unas de las tantas que promueven lo que hemos dado en llamar
astrología "pop", es decir que solo sirve para divertir.
La diferencia entre la
astrología “pop” y la que creemos más auténtica y profunda, es el en la
aplicación de la ciencia. Actualmente hay muchos psicólogos y académicos que
están utilizando a la astrología como una seria herramienta para el crecimiento
personal y el entendimiento.
Es muy reconfortable ver que los licenciados,
médicos doctores, e intelectuales se están abriendo a este campo para resolver
algunos de sus conflictos. Es verdaderamente impresionante cuando la gente puede
vencer ciertos prejuicios y llegar una mayor comprensión de sí mismo, pudiendo
en este trayecto diferenciar que es y que no es la astrología.
Así como hay psicólogos
“pop”, continúa también el legado de Carl Jung. Así como existen cantantes
“pop”, Mozart sigue siempre allí. En este mundo, existen políticos que rompen
las leyes, policías que delinquen, y banqueros que roban (especialmente en
Argentina).
No existen campos inmunes a que sus participantes bajen sus
estándares y ética. El problema con la astrología es que, justamente, la norma
parece ser lo poco riguroso, y la seriedad la excepción. Y esto poco tiene que
ver con los “títulos”.
Creemos firmemente que la
astrología llegará algún día a ser inseparable de la psicología. Más y más gente
está comenzando a entender su utilidad y la está aplicando por razones nobles.
El doctor en psicología John Richards, ha resumido esto al decir que los "libros
de textos de psicología de las futuras generaciones hablarán de los psicólogos
modernos que trabajaban sin la ayuda de la astrología, como de los astrónomos
medievales que trabajaban sin la ayuda de un telescopio".
Obviamente, todavía no
hemos llegado allí, y mientras tanto, deberemos conformarnos con las
recomendaciones e intuiciones, antes que con los “títulos”, para concurrir a un
buen y serio astrólogo.