No
se puede
sembrar o recoger una determinada planta sin antes cerciorarse de que
la luna se encuentren la fase propicia.
Cada
planta está sometida a influencias astrológicas que deben ser tenidas en
cuentan en las labores de siembra y de recolección para que conserven todas sus
virtudes.
El
hombre con “conocimiento” talaba árboles y recogía hierbas después de un
pequeño ritual.
A
las plantas se las consagraba por medio de signos y palabras cabalísticos
apropiadas a su significación astral. Luego se las arrancaba de la tierra o se
las cortaba con un cuchillo especial, indicando el objeto a que se destinaban.
La
Iglesia tomó pronto cartas en el asunto y empezó a prohibir estas ceremonias,
sobre todo aquellas prácticas supersticiosas en las que intervenían clérigos.
A pesar de este celo, no pudo evitar que en torno al cristianismo surgieran
nuevas supersticiones como es la de “tocar madera”, frase que tiene su
origen en la madera de la Santa Cruz, y en la veneración de que han sido objeto
las numerosas reliquias de sus trozos o lignum crucis
Algunas
plantas tradicionales
EL
SAUCE Y LA ASPIRINA
Desde
tiempos antiguos se empleó la corteza del
sauce como medicina, dado su alto
contenido en salicina.
Actualmente la obtención por síntesis química de ácido salicílico y sus
derivados, como la aspirina, ha relegado el uso medicinal del sauce.
Las
flores de sauce también gozaron de gran prestigio como infusión, y fueron
consideradas quinas muy útiles para combatir todo tipo de fiebres.
El
sauce cuenta entre sus virtudes facultades antitérmicas y propiedades sedantes.
Junto
a su historial médico se encuentra su historial mágico.
Las
palabras inglesas witch (bruja) y wicked (malvado) derivan del nombre antiguo
del sauce: willow.
Las
escobas de las brujas se hacían de palo de sauce, que es el árbol de los
encantamientos.