Pese a que las
características del mal de ojo están bien definidas desde tiempos inmemoriales,
es habitual que se incluyan ideas muy diversas dentro de la misma categoría.
A menudo se utiliza
la denominación “mal
de ojo” para designar fenómenos que tienen poco o nada que ver con
este tema.
La ambigüedad con la que se utiliza esta expresión es la causa de que mucha
gente emplee el mismo término para describir cosas distintas.
Suele confundirse el
mal de ojo o aojamiento con cualquier tipo de hechizo o con otras enfermedades
culturales.
Estas creencias tienen en común que se les atribuye un efecto maligno provocado
por causas no físicas.
Se considera a los hechizos como el mal de ojo, un influjo nefasto dirigido
contra seres vivos, provocados en forma consciente o inconsciente en forma de
maleficio.
La base en la que se
sustenta la hipótesis que sostiene que se puede accionar sobre otro ser, es la
existencia de una sustancia o agente mágico que conecta todas las cosas de la
Creación.
Una supuesta atmósfera psíquica en la que todo y todos están inmersos, quizás
relacionado con el inconsciente colectivo de Jung, los mitos, el folklore, etc.,
sería
lo que permite la interacción postulada por la creencia en los hechizos.
Los
hechizos
se
clasifican como:
· Hechizos de amor.
· Hechizos de odio.
· Hechizos de dominio.
A esta categoría es a la que pertenece el mal de ojo.
La consecuencia es la manifestación de todo tipo de dolencias y obstáculos en el
mundo material.
Esta es unacreencia
universal, que se encuentra en todas las épocas y en todos los
lugares del planeta.
La creencia en el
mal de ojo incluye también el concepto de que los malos pensamientos dirigidos
hacia un objeto, animal o persona, podrían, a través de la mirada, perturbar el
campo magnético de las victima.
Que es lo que distingue al mal de ojo de otro tipo de hechizos?
La respuesta esta contenida por el verbo que designa la acción de aojar: lanzar
una mala mirada, dirigir a traves del ojo como emisor y de la mirada como
vehículo, una intención dañina con la intención de destruir.
Debemos deducir que
el mal de ojo es un hechizo dirigido hacia donde se posan determinado tipo de
miradas, emitidos por los ojos de algunas personas.
El lenguaje también nos ofrece muchas claves para entender el origen de la
creencia en las miradas malignas.
Se dice
habitualmente que la mirada, o la vista, se posa en tal o cual sitio, como si
realmente se pensara que la mirada es una especie de prolongación de alguna
parte de la persona.
El lenguaje delata a menudo como el ser humano interpreta el mundo a nivel
inconsciente.
Frases como:
· Donde se pone el ojo......
· Echarle el ojo a.....
· Ojo con lo que se dice.
· Ojo por ojo...
Los móviles universalmente aceptados por todos los pueblos del planeta como
detonantes para el mal de ojo son la envidia, los celos y la codicia.
A pesar que se sabe que el ojo es solo un receptor de ondas luminosas que el
cerebro interpreta como imágenes, los órganos de la vista se consideran
inconscientemente focos que pueden emitir radiaciones capaces de posarse, en
forma simbólica, sobre aquello que se mira.
Aquí radica el
secreto de que esta creencia tan arcaica perdure en el tiempo.
El ojo radiante es un símbolo que forma parte de los contenidos inconscientes de
la humanidad.
Los símbolos son
eternos.
Pueden ser negados, rechazados, reprimidos, ocultados.
Pero no se les puede hacer desaparecer.
Néstor Fernández - "Guardián del Cofre de los Antiguos y Auténticos Hechizos",
es autor de "Antigua
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