Ingredientes:
* Un cuenco de barro
* Cerillas
* Una vela blanca
* Carboncillos para sahumerios
* Sal Gruesa
* Laurel
* Romero
* Orégano
* Incienso de vainilla, menta y sándalo
Antes de realizarlo cerraremos todas las puertas y ventanas de la casa.
Encenderemos una vela blanca para protegernos de otros entes y energías que
puedan interferir en nuestro trabajo, pidiendo (mirando siempre a la llama) que
nos proteja.
Introduciremos en la vasija los carboncillos, el romero, el laurel, el orégano y
los inciensos. Podemos envolver los carboncillos en una servilleta para
facilitar el encendido.
Hecho esto lo encendemos. Una vez que prenda, le echaremos un puñadito de sal.
Pasaremos el recipiente (recomendamos usar una
toalla mojada o paño para evitar quemarnos) por todas las habitaciones de la
casa. Lo ideal sería que estuviesen abiertas todas las puertas de armarios y
gavetas.
Cuando hayamos pasado el humo del sahumerio por todos los rincones de la casa,
depositaremos el cuenco en el suelo de cualquier habitación y esperaremos hasta
que se consuma.
Una vez consumido el sahumerio, abriremos todas las puertas y ventanas para que
salga al exterior toda la energía negativa que afloró junto con el humo.
Los restos del sahumerio los introduciremos en una bolsa negra que utilizaremos
únicamente para tirarlos y le haremos un nudo y lo depositaremos en el
contenedor de basura alejado de casa.