Perder
alguno de los sentidos que nos contactan con el mundo exterior es uno de los
serios problemas que enfrentamos los seres humanos.
Sin embargo, la pérdida de
la audición es un fenómeno cada vez más extendido debido principalmente a la
contaminación acústica del medio ambiente, exposiciones prolongadas al ruido,
traumatismos craneales y/o acústicos, ciertos medicamentos como también a
consecuencia de determinadas enfermedades.
En
la mayoría de los casos, la pérdida auditiva gradual se debe a la evolución
natural de nuestro
sistema auditivo.
La
capacidad auditiva tiende a disminuir conforme pasan los años. A este fenómeno
se lo llama PRESBIACUSIA; y empieza a manifestarse entre los 30 y 35 años
aproximadamente, pero sobre todo es después de los 50 años cuando puede llegar
a ser socialmente perjudicial.
Los sonidos agudos se vuelven más difíciles de
percibir y se altera la comprensión de las palabras. Este deterioro puede ir
acompañado de zumbidos en el oído.
¿Qué soluciones existen?
Existen varias soluciones todo dependerá del paciente y de la patología
que
presente, pero no podemos dejar de mencionar la importancia de la detección
precoz de la sordera, saberla tratar con rapidez. No siempre el audífono es la
única solución para cuando hay un déficit.
En
casos de perforación timpánica,
otitis, otoespongiosis, etcétera, la solución
puede ser quirúrgica y está a cargo de los médicos otorrinolaringólogos.
Utilización de una ayuda auditiva o audífono, es la mejor solución para
muchas de las personas con deterioro auditivo.
Para la indicación del audífono se tiene en cuenta:
* El estado clínico general del paciente.
* Un examen otorrinolaringológico completo.
* Información suministrada por las pruebas audiológicas.
* El tipo de ambiente en el cual se desenvuelve el paciente.
* La profesión u ocupación.
* La edad.
Hoy en día existen modelos más sofisticados, capaces de proporcionar un
sonido muy natural, con total comodidad para el usuario.
Audífonos que
ayudan a disfrutar mucho mejor y más claro de todos los sonidos, a mejorar
las relaciones personales y en definitiva; vivir con plenitud.