La Península
La ciudad de San Francisco se encuentra en la punta de un istmo de 8 km de tierra que se extiende durante 80 km de suburbios al sur desde San Francisco, a lo largo: de la bahía, terminando en el paisaje futurista al borde de la carretera del llamado “Silicon Valley” cerca de San José, el hogar de las grandes empresas de tecnología que han revolucionado la vida moderna a partir de la Universidad de Stanford en Palo Alto.
Sin embargo, sorprendentemente, la mayor parte del terreno a lo largo de la costa, separado de la extensión de la zona de la bahía por una sierra de picos cubiertos de secuoyas, sigue siendo rural y sin explotar; también contiene unas de las mejores playas de la bahía, que bien merecen una excursión de 1 día desde San Francisco.
Palo Alto
En los últimos años Palo Alto, sede de la Stanford Uníversity, se ha convertido en una especie de centro social para los nuevos ricos de Silicon Valley, como demuestran los modernos cafés y los elegantes restaurantes nuevos que han surgido a lo largo de su vía principal, la University Avenue.
El pueblo no ofrece mucho en lo que respecta a puntos de interés, aparte de las casas coloniales españolas, pero es un buen lugar para pasear tranquilamente y comer bien.
San José
La ciudad de crecimiento más rápido de California no tiene mucha identidad, pero en cuanto a área y población dobla a San Francisco. Situada en el extremo sur de la península, San José ha surgido en los últimos 25 años como el centro cívico de Silicon Valley, rodeado por kilómetros de parques industriales.
También es reconocida como la primera ciudad de California, aunque las únicas señales que lo corroboran son la Misión Santa Clara de Asís, del siglo XVIII -en el agradable campus de la University of Santa Clara, dirigida por jesuitas-, y la casa Peralta Adobe de finales del siglo XVIII –en 175 St. John Street-.
Su punto de referencia más famoso es la Winchester Mystery House, en 525 S Winchester Blvd, justo saliendo de la 1-280 cerca de la Hwy-17 (todos los días, 9.30016.30 h; 12,95 dólares).
Sarah Winchester, heredera de la fortuna de rifles Winchester, estaba convencida, después de la muerte de su marido, de que estaba poseída por los espíritus de los hombres que habían sido asesinados con rifles Winchester, y creía que a menos que se construyera una habitación para cada uno de los espíritus, el ruido de los martillos nunca cesaría, y ella sufriría el mismo destino.
Las obras de la mansión duraron 24 horas al día durante los siguientes 30 años: escaleras que no llevaban a ninguna parte y ventanas que daban a una pared de ladrillo.
El Rosicrucian Museum, en 1342 Naglee Ave (todos los días, 9-17 h; 6 dólares), alberga una brillante colección de objetos asirios y babilonios, mientras que el renovado Tech Museum of Innovation (mar.-sáb., 10-17 h; dom., 12-17 h; 8 dólares), en el centro, en 202 Market St, contiene exposiciones interactivas de ingeniería de alta tecnología.
La costa
La costa de la península, al sur desde San Francisco, es un mundo muy distinto del valle del interior: En su mayor parte sin explotar, son unos pocos pueblecitos e incontables playas que ocupan 120 km al sur, hasta las tranquilas ciudades de Santa Cruz y Capitola.
Más allá de Daly City, justo al sur de San Francisco, la Hwy-1 rodea los escarpados riscos de Devil’s Slide hasta las playas nudistas opcionales de Gray Whale Cove State Beach (todos los días, amanecer-anochecer; 5 dólares por aparcar).
A pesar del nombre, no es un lugar especialmente bueno para ver la migración de las ballenas grises, pero hay unas escaleras desde la parada de autobús que bajan hasta un bello tramo de arena.
A 3 km al sur, los edificios de tejado rojo del Montara Lighthouse de 1875, situados entre los pinos azotados por el viento, en la cumbre de un escarpado risco, se han convertido en un albergue de juventud (”ZI”650/728 7177; CD).
Justo al sur del albergue, en California Street, la FitzgeraId Marine Reserve (entrada gratuita) dispone de 5 km de un hábitat oceánico variado, senderos tranquilos y, en marea baja, las mejores charcas de marea.
Continuando unos pocos kilómetros al sur por la Hwy-1, la aldea de El Grenada dispone de buenas paradas para almorzar al borde de la carretera, como el Highway One Diner, y sus playas siempre están llenas de surfistas y de mulltitud de espectadores observándolos. Hay un largo rompeolas que podrá recorrer a pie.
El siguiente pueblo, el soporífero Half Moon Bay, permite acampar en algunas de sus playas (16 dólares). Reposte allí; las gasolineras escasean en los siguientes 80 km hasta Santa Cruz.
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