La reina Nefertiti, en el siglo XIV antes de Cristo, recurría a un preparado de limos marinos para combatir una bacteria que amenazaba la belleza de sus ojos. En el siglo XXI, olas de bienestar ponen a punto nuestro cuerpo y sentidos, mediante tratamientos con los elementos que proceden del medio marino, agua, aire, lodos, fangos, y algas con fines terapéuticos. La “belleza thalasso “ está de moda.

El mar tiene una enorme
riqueza mineral. Se dice que prácticamente todos los minerales de la tierra
están de algún modo diluidos en el mar. Se han contabilizado 92, ya sea como
minerales o como oligoelementos ( minerales en cantidades ínfimas) Esto hace
del mar una verdadera medicina para remineralizar nuestro organismo. 

La piel juega un papel
importante en el proceso  terapéutico del agua del mar, puesto que los
iones minerales que contiene el agua pasan a través de la barrera cutánea para
penetrar en el organismo y difundirse rápidamente. Podemos decir que el
organismo se recarga a la vez que se purifica. 

Algunos de los
principales minerales del agua del mar, son los siguientes: 

Sodio. El cloruro
de sodio es responsable del sabor salado del mar. Es un elemento fundamental
para la regulación del agua en el organismo, la transmisión de los impulsos
nerviosos y la contracción muscular.

Calcio. Es bien
conocido por formar parte de los huesos, aunque también interviene en otras
funciones como la contracción muscular o la coagulación de la sangre. Magnesio.
Se encuentra en los huesos combinado con el calcio ya que regula su equilibrio.
Se encuentra básicamente en músculos y tejido nervioso. Actúa también contra el
envejecimiento.

Potasio. Es
importante en la conducción de la corriente nerviosa, e imprescindible para
mantener el tono cardíaco y muscular.

Azufre.  Es
importante contra el reumatismo y para el fortalecimiento de los huesos y
tendones.

Sílice. Forma
parte de los huesos, las uñas y el pelo. Está indicado en problemas de
desmineralización. Actúa  también sobre el sistema nervioso inmunitario
por lo que es preventivo de enfermedades infecciosas.

Yodo. Es el 
elemento más específico del agua de mar. Como constituyente de la glándula
tiroidea es uno de los oligoelementos más valiosos. Sintetiza hormonas
tiroideas que regulan el metabolismo de nuestro organismo. Posee asimismo un
gran poder desinfectante a nivel de la piel. El agua, las algas y los fangos
marinos tienen un alto contenido en yodo. 

En definitiva. Se
puede considerar el mar como una clínica ya que las afecciones respiratorias,
musculares, dermatológicas, reumáticas, cardíacas, metabólicas, etc.. todas
pueden mejorar en presencia del mar. El movimiento de las olas contra el cuerpo
ya es en sí mismo un auténtico masaje que relaja y tonifica los músculos ; el
simple hecho de respirar aire marino es una garantía de mejora para las vías
respiratorias y aleja las migrañas de nuestra cabeza; el mero contacto de las
sales marinas y las algas contra la piel ya ejerce una función beneficiosa. 

Es fundamental
 para que atraviesen la piel los componentes del agua del mar, éstos deben
estar a una temperatura de 37 grados centígrados y en contacto con nuestro
cuerpo, un mínimo de 20 minutos.  

LA MAR DE SALUDABLE 

Los ejercicios
gimnásticos en una piscina de agua caliente son de gran utilidad en procesos
reumáticos y en la rehabilitación tras accidentes o traumatismos. El solo hecho
de estar inmerso en agua salada, disminuye el peso corporal considerablemente.
Así por ejemplo, una persona de 80 Kgr. tiene un peso relativo en el agua dulce
de 20 Kgr.;  en el agua de mar, su peso relativo será de 8 Kg. Esto hace
que cualquier ejercicio sea mucho más fácil realizarlo en agua salada.

Todos los que
sufren problemas circulatorios en las piernas mejoran con el agua de mar.
Estimula la circulación sanguínea y elimina la sensación de fatiga así como las
toxinas y ejerce una influencia tónica y antiinflamatoria. La temperatura tibia
del agua aumenta la permeabilidad de la piel y favorece el paso al interior del
organismo de los elementos marinos. La alternancia de tratamientos calor-frío
actúa como un verdadero masaje sobre el sistema venoso. 

La fatiga, tanto
si es orgánica, que es la que nos queda después de una enfermedad, como si es
carencial, debido a una vida estresante y una alimentación con déficit de
vitaminas y minerales, o bien  la fatiga psíquica, que aparece por la
falta de sueño, tras una depresión o la falta de autoestima, se benefician de
unos días de descanso en un centro de talasoterapia.

El agua de mar
tiene efectos sedantes y tonificantes. Al mismo tiempo ayuda a recuperar el
equilibrio que algunas veces cuesta tanto mantener. 

COSMÉTICA MARINA 

Un kilo de algas
marinas contiene tanto yodo como 10.000 litros de agua de mar, ya que éstas
tienen la propiedad exclusiva de concentrar en su interior más de 500 veces los
elementos esenciales que el océano contiene : sales minerales, magnesio,
calcio, potasio, vitaminas, aminoácidos …, sus propiedades antioxidantes son
conocidísimas, pero también su poder relajante, hidratante y regenerador. 

Por su parte, las
sales tienen un alto contenido en minerales como el sodio o el cloro que
ejercen una función beneficiosa sobre el organismo al entrar en contacto con la
epidermis, y es que a través de ella se incorporan a la sangre y sistema
linfático. Las cataplasmas de lodos y barros, aplicadas sobre la superficie
dérmica, también producen una ósmosis entre los minerales, el agua y piel con
efectos terapéuticos inmediatos.  

Los fangos son
especialmente beneficiosos cuando se trata de desintoxicar la piel y combatir
la celulitis. Pero ya el clima marino, por sí solo, influye en el
restablecimiento de la salud, templa los nervios más crispados porque hace
descender la tensión arterial y ejerce efecto sedante sobre el espíritu.  

A
pesar de que el 80 % de los recursos marinos están aún sin explotar, los
laboratorios cosméticos llevan años extrayendo de la flora y la fauna de las
entrañas del mar los ingredientes activos en la lucha contra el envejecimiento
y en la carrera sin tregua de ofrecer placer a los sentidos. 

CIRCUITO
THALASSO 

Una estancia en
un centro de talasoterapia es, en principio, desestresante y revigorizante,
pero además existen curas especiales para potenciar la belleza, acabar con la
celulitis y esculpir la figura.
 

Los centros de
talasoterapia deben estar situados a menos de dos kilómetros de la orilla del
mar. Las aguas marinas para ser 100 por 100 efectivas, no pueden ser
trasportadas más allá de 48 horas porque pierden su fuerza y todos sus
beneficios que van quedando en el camino.  

El circuito 
thalasso  se basa en cuidados tradicionales con agua de mar que aprovechan
los oligoelementos que la piel absorbe en pequeñas cantidades: así como baños a
35- 37º C. con efectos relajantes o vivificantes. Tratamientos en piscinas o
bañeras, duchas, chorros a presión , etc. Todo esto en combinación con los
productos extraídos del mar como los barros marinos, las algas o las sales.
 

Para  unas
vacaciones de  bienestar existen refrescantes propuestas solo es necesario
conocerlas para  ponerte la mar de bella.