No es una locura. Existen muchas opciones y variantes sexuales que no incluyen penetración. Y, aunque muchos no puedan creerlo, estas posibilidades son tan buenas que todos deberíamos agregarlas a nuestro repertorio de jugueteos sexuales.
Es una idea muy común y fuertemente arraigada la que dice que el buen sexo requiere de penetración. Esto, simplemente, no es verdad.
Todos los seres sexuales poseemos un amplio rango de estimulaciones satisfactorias y juegos sexuales de entre los cuales elegir sin recurrir a la penetración propiamente dicha.
La mayoría de nosotros optamos por la penetración sexual porque es simple y sencilla, y, como resultado, nos hace ahorrar tiempo y esfuerzo.
Sin embargo, el buen sexo necesita de tiempo y esfuerzo, así que no pretendas escatimar en tu vida sexual. Tómate tu tiempo y las recompensas serán tuyas.
El sexo delicioso puede presentársenos en varias formas. Deja la penetración para otro día y sumérgete más profundo en los juegos sexuales y en la intimidad con tu pareja, avocándote a alguna de estas actividades.
Desafíate creando un ambiente sensual en el que ambos puedan intentar nuevas cosas y practicar otras actividades eróticas.
Lenguaje subido de tono y relatos eróticos
Una historia sucia es una forma divertida y sensual de pasar tiempo con tu amante y de proveer a ambos de ideas nuevas y estimulación mental. Una historia puede contarse casi en cualquier lugar.
En el auto, por teléfono, a través de una carta o vía e-mail, e incluso en la cama. Si no te sientes cómodo inventando historias de la nada, busca una revista o un Web site que ofrezca relatos eróticos y léeselos a tu amante.
Ten en cuenta que las mujeres prefieren mucho jugueteo previo, sobre todo en el plano mental. Una historia que va directo al acto sexual, al igual que ocurre en la vida real, posiblemente no proporcione los resultados deseados.
Una historia no es más que un relato, y no tiene que tener un final orgásmico para ambos; simplemente es una forma de disfrutar y compartir el sexo, sin la necesidad de tocarse.
Masajes sensuales
Masajear a tu pareja está entre las actividades más codiciadas en una relación. Un masaje sensual, no obstante, es algo diferente, ya que actúa relajando y estimulando sexualmente al mismo tiempo.
Hay muchas reglas para dar un buen masaje sensual, pero, generalmente, los movimientos lentos son la clave. Tómate tu tiempo, usa un aceite esencial que tenga propiedades afrodisíacas, y mantén el ambiente en penumbras.
Desliza tus manos —o la parte de tu cuerpo que quieras usar— por su piel valiéndote de una presión firme pero suave. Sólo asegúrate de cubrir cada centímetro de tu cuerpo y evita los puntos calientes hasta el acto final.
La idea es hacerla desear que la toques en aquellas zonas sensibles. Tómate tu tiempo y no caigas en la tentación de anticiparte. Ella estará muerta de deseos cuando llegues allí.
Tocar el cuerpo de tu pareja tiene como consecuencia inmediata la liberación de endorfinas y, sin importar lo que suceda después, el cuerpo se siente bien por el simple hecho de haber sido acariciado.
Por último, nunca esperes recibir un masaje sensual en retribución, ya que no es precisamente lo que ella querrá hacer después del tuyo.
Juegos de roles y disfraces
A la hora de hablar de sexo, la interpretación de roles siempre debe estar presente. Si, normalmente, eres una persona reservada, puedes encenderte un poco y ser algo más expresivo.
Si tu pareja acostumbra a ser tímida, déjale sacar la dominatriz que lleva dentro. Las personas en las que podemos transformarnos a través de los juegos de rol nos permitirán expandir significativamente nuestros límites.
Tu pareja podría no querer ser atada siendo “ella”, pero si interpretara el rol de una bailarina erótica podría gustarle. Con algo de creatividad, los juegos eróticos de roles pueden hacer que nuestras reglas rígidas cambien.
La interpretación de personajes se hace incluso más excitante si incluyes disfraces. Ten en cuenta que las mujeres aman vestirse.
Los disfraces nos dan la oportunidad de entrar en el personaje, lo que hace que dejemos atrás muchas de nuestras inhibiciones.
Los juegos de rol con disfraces son divertidos y liberadores. Cuando no eres tú mismo, puedes terminar haciendo cosas impensadas.
Sexo telefónico
Éste es un viejo favorito, y es por demás útil cuando uno de los miembros de la pareja está lejos.
Desde ya, liberarte con tu pareja a través del teléfono es una de las formas más divertidas y sucias de jugar, y, a decir verdad, no es necesario que estés en otro país para hacerlo; estar en cuartos separados será suficiente.
Nuestros sentidos son muy sensibles a los sonidos eróticos y, en consecuencia, los jadeos, la respiración entrecortada, y los gemidos generarán una respuesta sexual potenciada.
El sexo telefónico, asimismo, te otorga una mayor libertad dado que estás solo y puedes hacer lo que quieras a lo largo del proceso masturbatorio.
Físicamente, no existe ningún grado de presión, ya que ambos son responsables de sus sensaciones en forma individual.
Los temas que elijan abordar dependerán de ustedes, y, al menos que ella lo inicie, evita asuntos que involucren a miembros de la familia, animales y otras mujeres sobre la que hayas fantaseado.
Masturbación mutua
Ésta es una de las cosas más sensuales e íntimas que puedes hacer con tu amante, si bien la situación debe ser apropiada y ambos deben sentirse cómodos con la compañía del otro.
Liberarte frente a otra persona no siempre es fácil, sobre todo cuando esta persona es tu respetable pareja. Sin embargo, es una experiencia realmente exquisita cuando ambos se deciden a dejar de lado las inhibiciones.
Dale el tiempo y el espacio que ella necesite, y procura hacer lo mismo contigo. Si te sientes nervioso, tómate un tiempo hasta que consigas estar más a gusto.
Si te es de ayuda, enciende una vela y bebe algo de vino. Hacer el amor sin tocar a la otra persona es una experiencia extrañamente deliciosa.
La masturbación mutua es un esfuerzo combinado, y ayuda a dar y recibir estimulación visual y oral. No existen reglas —excepto la de no penetrar-, así que juega y deja que jueguen.
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