Educación sexual, ¿por qué y para qué?

“¿Sabés que ayer Carlitos le miró la cola a María?”. “¡Juan y Ana se dieron un beso en el recreo!”. “ Nos parece que Alicia, la de tercer año, está embarazada”. “Mamá, ¿está mal que el tío de Marta la abrace y la toque y le diga que no cuente nada?”. “José se toca el pito adelante de todos”.

Estos
comentarios son parte de la
realidad cotidiana en las escuelas. Todos sabemos que estas cosas pasan. Que
algunas son graves, y que otras son
simplemente, parte del descubrimiento infantil.

La escuela es testigo voluntario o involuntario del desarrollo de
situaciones relacionadas con la sexualidad en todas las edades de los alumnos y
que suelen crear conflictos en la comunidad educativa. Pero muchas veces, los maestros y los directivos no saben cómo encararlas

Por
otro lado, la realidad también nos muestra que el tema sexualidad es encarado
siempre por los adultos, conciente o inconscientemente, voluntaria o
involuntariamente, en cada gesto, en cada palabra, en cada actitud ante las
cuestiones sexuales surgidas.

Los docentes, quieran o no, positiva o
negativamente, educan sexualmente. Así mismo lo hacen los padres, los amigos,
los medios de comunicación, la sociedad toda. Esta es la Educación Sexual
Informal o Socialización Sexual.

Muchas
veces, ante las propuestas profesionales de
encarar la prevención de las problemáticas sexuales con acciones específicas
de Educación Sexual en las escuelas, surgen diversas alternativas de respuestas
de sus directivos:

· Las negativas manifiestas porque
consideran que se fomentaría el libertinaje, la práctica desordenada e
irresponsable de la sexualidad.

· Las negativas que nunca llegan a
explicitarse.

· Las aceptaciones que tardan en
implementarse o no se implementan nunca (por motivos económicos, porque los
docentes no quieren ocupar su tiempo libre en capacitación o porque no se
encuentra el tiempo dentro del horario escolar).

· Las discusiones permanentes en los
niveles de decisión acerca de si realizar o no la actividad.

· La aceptación solamente de una
charla informativa biológica, dirigida a los alumnos, en la que los docentes,
muchas veces no participan.

La
realidad nos sigue mostrando que los proyectos de educación sexual en las
escuelas que se van llevando a cabo, lo hacen en las “más progresistas”,
donde los directivos se interesan por el tema. Este tipo de actividades,
dirigidas a los alumnos, los docentes o los padres, son esporádicas y duran un
tiempo determinado; ¿cuánto dura su efecto?

La respuesta dependerá de la individualidad de cada padre, docente o
alumno. De lo que cada uno se haya movilizado o no para continuar trabajando el
tema.

Para
hacer una
Educación Sexual
planificada metodológicamente, con la intención
explícita de lograr modificaciones positivas y que abarque a la comunidad en su
totalidad, es que se hace necesaria su implementación legal en las Escuelas de
todos los niveles educativos.

La
Educación Sexual adecuada y eficaz de los adultos debería ser permanente, ya
que serán ellos quienes trabajen permanentemente con los chicos y les
transmitirán sus ideas y sentimientos quieran o no. Es imprescindible que los
docentes se capaciten para poder comprender y abordar los temas sexuales
cotidianos.

Una charla sin continuidad es como tirar una gota de agua en la
tierra reseca: no produce el efecto
deseado. Es fundamental motivar a los docentes, para que -aunque hubiera una Ley
de Educación Sexual – ésta pudiera llevarse realmente a cabo

El
objetivo principal de la Educación sexual es lograr que cada persona integre de un modo armónico y positivo su dimensión sexual
dentro del conjunto de su personalidad y de sus relaciones, y que ésta sea un
factor de crecimiento, maduración y bienestar. En este sentido la educación
apunta a la Prevención de la enfermedad y promoción de la salud.

Los
objetivos generales de la Educación Sexual incluyen la adquisición de
conocimientos, el estímulo de la solidaridad, el respeto y el afecto, la
estructuración sana de la identidad, la formación de un sistema de valores
sexuales que permita la libertad y la coherencia en las conductas cotidianas, el
aprendizaje de acciones determinadas para la prevención y el abordaje de graves
problemas como la violencia, el abuso y la explotación sexual infantil.

Los
objetivos específicos de la Educación Sexual se delinean de acuerdo a las edades, desde el Jardín de Infantes hasta el último año
de la Escuela secundaria.

Así mismo, los niveles Terciarios y Universitarios de
las Carreras de la Salud, la Educación y las Ciencias Sociales también deberían
incluir en sus programas la temática de la sexualidad, para que sus graduados
puedan realmente transmitir salud sexual a sus asistidos.

Impartir
Educación Sexual es complicado; pero no es imposible. Sólo es cuestión de
proponérselo para saber qué hacer cuando las dificultades se presenten y para
que la Escuela deje de ser sólo un testigo y pase a ser un mediador en el
aprendizaje de la sexualidad, dentro del marco de la educación para la salud y
de una adecuada calidad de vida.

ASOCIACION DE PSICOLOGOS DE BUENOS AIRES

SECRETARIA CIENTIFICA

DEPARTAMENTO DE SEXOLOGÍA Y EDUCACIÓN SEXUAL

PROGRAMA DE CAPACITACION

FORMACION EN EDUCACION SEXUAL

Directoras: Lic. Virginia MARTÍNEZ VERDIER

Lic. Gloria Alicia FERNANDEZ

"Salud sexual es la integración de los

aspectos afectivos, somáticos e

intelectuales del ser sexuado, de modo tal

que de ella derive el enriquecimiento y el

desarrollo de la persona humana, la

comunicación y el amor."

ORGANIZACION MUNDIAL DE LA SALUD. 1974.

ANTECEDENTES:

Este Programa se ha dictado desde 1996 hasta el año 2000 en el Consejo
Nacional del Menor y la Familia para su Escuela de Capacitación Especializada.

A lo largo de dos
rotaciones, han egresado 93 educadores sexuales, que han llevado sus prácticas
preventivas a instituciones públicas
y privadas.

El
Curso fue acreditado por el Instituto Nacional de la Administración Pública
(INAP), con 500 créditos, como Curso de Postgrado para las categorías A y B y
como Carrera de Grado para
las categorías C en adelante. Se adjunta anexo informativo.

La siguiente rotación
2001-2002, se dicta en la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires para la
Secretaría Científica y el Departamento de Sexología y Educación Sexual.

FUNDAMENTACIÓN:

La Sexología es una disciplina científica y humanística que estudia
los problemas relativos al sexo y la sexualidad en sus dimensiones
bio-psico-sociales, en sus aspectos normales, disfuncionales y patológicos, con el aporte de disciplinas afines reunidas en un campo
integrador interdisciplinario.

Aún resulta desconocido para la mayoría de los profesionales de la
salud y la educación en que consiste la problemática general de la Sexología.
Los temas de estudio -que se detallan en el Programa adjunto- nos muestran la
especificidad de la disciplina y la poca difusión de estos contenidos en
nuestra formación profesional.

La Sexología abarca dos campos de trabajo: el Clínico y el Educativo.
En esta oportunidad nos ocuparemos exclusivamente del área educativa.

Consideramos necesario que los profesionales que trabajamos en las
Ciencias humanas tomemos conciencia de la problemática derivada de una
inadecuada educación sexual, y que nos comprometamos en la prevención y en la
promoción de la salud comunitaria.

Cada uno desde el propio lugar de trabajo,
siendo conciente de sus capacidades, posibilidades e ideología de vida;
instrumentando metodologías y técnicas específicas de la Educación de la
Sexualidad que faciliten el informar, aprender, conocer, desmitificar y poner
palabras claras y ciertas a lo cotidiano.

PREMISAS BÁSICAS:

Reconociendo a la Educación de la Sexualidad como fuente de
Prevención primaria de las dificultades sexuales y vinculares, y como vía para
acceder a una sexualidad sana, placentera y responsable, consideramos
indispensable: Jerarquizar el rol del educador de la sexualidad, delinear su
perfil y delimitar su ámbito de trabajo específico.

Jerarquizamos el rol del educador de la sexualidad:

· Trabajando en un amplio
espectro informativo y formativo.

· Promoviendo la revisión
de valores, creencias y actitudes personales.

· Privilegiando el
accionar comunitario, la comprensión e investigación
de redes sociales.

Delineamos que el educador de la sexualidad posea un perfil con:

· espontaneidad,
expresividad, sinceridad, flexibilidad y
capacidad para ponerse en el lugar del otro;

· una actitud positiva y
coherente con su propia sexualidad;

· una mirada comprensiva,
sin prejuicios ante la ideología y
actitudes de los otros;

· sólidos conocimientos
en sexualidad humana;

· capacidad de reconocer
sus propias limitaciones como educador, para instrumentar elementos que lo
prevengan de situaciones problemáticas
en el ejercicio del rol;

· conocimiento -desde una
mirada antropológica- del ámbito
sociocultural donde ejerce, con el fin de no interpolar ni hacer reduccionismos
al abordar su tarea.

Ambito de trabajo: El Educador de la sexualidad podrá aplicar su
capacitación en:

· Educación: Planificar
y poner en práctica programas formativos.

· Prevención: Realizar
actividades asistemáticas informativas y orientadoras (cursos, talleres, grupos
de reflexión, charlas, etc.)

· Investigación:
Realizar estudios e investigaciones sobre el comportamiento sexual humano, desde
el punto de vista social y cultural.

· Orientación:
Instrumentar soluciones posibles ante situaciones de índole sexual en el ámbito comunitario e impulsar acciones concretas. La orientación a
personas o parejas no podrá incluir el
diagnóstico clínico ni el tratamiento de problemáticas sexuales.