Ingredientes
Para la masa
– 200g de maníes pelados y tostados
– 200g de harina
– 1 cucharadita de polvo para hornear
– 1 cucharadita de sal fina
– 4 cucharadas de aceite de maní o maíz
– leche, cantidad necesaria
Para el relleno
– 200g de maníes pelados y tostados
– 100g de mantequilla (manteca)
– sal
Procedimiento
Colocar dentro de un procesador de alimentos 200g de maníes pelados y tostados y moler hasta que se convierta en una pasta (primero tomaran una forma granulada, como picados, pero a medida que se siga moliendo y por el calor soltarán su aceite y se convertirán en una pasta).
Agregar el aceite de maní o maíz, moler un poco más, incorporar la harina mezclada con le polvo para hornear y la sal, mezclar dentro del procesador e ir agregando leche hasta formar una pasta ni muy blanda ni muy dura. Estirar con ayuda de un palo de amasar (uslero) sobre una mesada enharinada o sobre un silpat o plástico, de ½ cm de espesor y cortar con un corta pastas del tamaño que prefiera, redondo, cuadrado u ovalado.
Colocar sobre una placa o fuente para horno enmantecada y llevar a un horno 180ºC hasta que se noten sequitos y dorados. Retirar y dejar enfriar.
Con los otros 200g de maníes hacer el mismo procedimiento convirtiéndolos en pasta nada más que al final lo mezclaremos dentro de la procesadora con manteca (mantequilla) y sal (a gusto).
Para el armado
Tomaremos dos galletas y las rellenaremos con nuestra pasta de maní. Iremos colocando nuestros alfajores en una bandeja de servicio para un cocktail o bien como un bocadillo antes de la cena o para acompañar una rica cerveza helada.
Se pueden hacer exactamente igual pero suplantado la sal por azúcar para hacerlos dulces.
Maní, Cacahuete o cacahuate
Se cree originario de las regiones tropicales de América del Sur, donde algunas especies crecen de modo silvestre. Su cultivo se viene realizando desde épocas remotas, así los pueblos indígenas, lo cultivaron tal y como queda reflejado en los descubrimientos arqueológicos realizados en Pachacamac y otras regiones del Perú.
Allí se hallaron representaciones del maní en piezas de alfarería y vasijas. Fueron los conquistadores portugueses y españoles quienes introdujeron el maní en África y Europa. En África se difundió con rapidez, siendo esta legumbre un alimento básico de la dieta en numerosos países, razón por la cual algunos autores sitúan el origen del maní en este continente.
La palabra maní, muy empleada en Argentina, proviene del guaraní “manduví”, mientras que el nombre cacahuete o cacahuate (usado en México), se originó en el azteca “cacahuatl”.
El viejo nombre inglés “ground-nut” o el francés “pistache de terre” provienen del curioso comportamiento de esta planta, único entre las leguminosas que crece bajo la tierra donde se forma el fruto, una vaina redondeada con 1 a 5 semillas.
Hoy en día, los principales países de cultivo son China e India, donde se utiliza sobre todo como materia prima para la producción de aceite de cacahuete.
El maní como complemento de la dieta
El maní es un alimento muy versátil; se puede consumir crudo, asado al horno, frito, como ingrediente de platos dulces y salados. Asimismo, con él se elabora aceite, harina y una pasta conocida como manteca de cacahuete que sustituye a la mantequilla de leche en numerosos países, particularmente en EEUU.
Si los cacahuetes se asan es suficiente meterlos en el horno de 5 a 10 minutos si están pelados; y de 15 a 20 si se conservan con la cáscara. Sin cáscara y tostados y salados o con miel, los granos se utilizan en dulces, pasteles, galletas y panes, entre otras preparaciones culinarias.
La manteca de cacahuete es la pasta que se obtiene después de triturar una mezcla de cacahuetes tostados y sin tostar, sin piel. A esta pasta se le puede añadir aceite de cacahuete, harina de soja, miel, malta, entre otros ingredientes para darle un sabor distinto.
Con frecuencia los cacahuetes se cultivan para utilizarse como forraje para los animales. En ese caso las plantas deben cosecharse antes de su floración.
El maní complementa el valor proteico de los cereales, y se obtiene una proteína de alto valor biológico además de proporcionar un sabor agradable a la mezcla. Por ejemplo: cacahuetes mezclados con los cereales de desayuno, pan untado con manteca de cacahuete, arroz con frutos secos y cacahuetes, etc.
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