Brochetas, kebabs y otras variantes

Una vuelta alrededor del mundo de la carne ensartada en varillas de todo tipo...

Trozos de carne ensartados en varillas de metal o en ramas verdes pueden comerse en cualquier lugar del mundo, pero en cada país adoptan características propias.

En Indonesia, una de las comidas mas tradicionales es el ”sate”. Consiste en bocados de pollo que se ensartan en finas cañas de bambú y se asan al carbón.

Se adereza con una fragante preparación que lleva entre sus ingredientes mas usuales manteca de maní, hierbas aromáticas diversas, salsa de pimiento picante y de tamarindo y dientes de ajo machacados o bien ajo en polvo.

El acompañamiento mas adecuado, infaltable para un ”sate” que se precie de tal, es el ”longtong”, arroz cocido envuelto en hojas de banano.

EI ”yakitori” es la variante japonesa de la brocheta de pollo. Se cortan trozos pequeños, sin deshuesar, y se dejan macerar en una mezcla de salsa de soja, aguardiente de arroz, azúcar, ajino-moto y ají molido picante.

Se pinchan en varas de bambú, intercalando pedacitos de puerro, de pimiento verde, de cebolla y de hígado de pollo.

Se asan al carbón durante unos tres minutos y, antes de servirlos, se sumergen nuevamente en la misma salsa en que se maceraron.

Con esta comida se bebe aguardiente de arroz entibiado, que se presenta en potecitos.

En un clásico restaurante de Corea se entrega a los clientes un delantal blanco y pequeñas toallas húmedas y calientes para limpiarse las manos. Es que ellos mismos oficiarán de cocineros.

El mozo lleva una fuente con bocados crudos de pollo y de cerdo en ramitas de bambú, y cada comensal los asa a su gusto en una hornalla de gas que hay en el centro de la mesa.

Se adereza con ketchup dulce y polvo de chile. Por lo general se acompaña con cerveza en verano y té en invierno.

El asado ‘Gengis Khan” está difundido por otros países asiáticos. Lo cocinan los propios comensales, sentados en torno a un asador.

En largos pinchos se colocan trozos grandes de carne, tomate, cebolla y pepino, sazonados únicamente con sal y pimienta.

El ”schlaschlik” del Cáucaso consiste en ensartar en pinchos carne intercalada con pimiento, pepino, puerro, cebolla y salchicha.

La guarnición es arroz salteado en aceite, luego cocido al horno y finalmente ablandado sobre vapor de caldo.

La versión alemana, conocida como ”Zigeuner Spiess”, o palillos gitanos, incluye diferentes clases de carnes insertadas en brochetas y asadas al carbón o sobre una parrilla eléctrica.

Se acompaña con pan blanco de trigo y negro de centeno, chucrut y ketchup.

En Holanda es muy popular el ”sate” indonesio, aunque con ciertas modificaciones. Una vez cocido se pone en un recipiente con la salsa a base de manteca de maní y especias y se lleva al congelador.

Para consumirlo, basta con sumergir el recipiente en agua hirviendo durante cinco minutos.

Se sirve con arroz o pan. En Bélgica se aplica un procedimiento similar, pero la guarnición es de papas fritas y mayonesa.


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