Para quitar el olor a pescado, que suele ser muy persistente –y penetrante- de los utensilios de cocina usados para prepararlo, lávelos con agua fría y borra de café.
Es un recurso muy económico que da excelentes resultados. Sirve tanto para cacerolas como para asaderas, fuentes térmicas, recipientes para horno y masa, platos, cubiertos y demás utensilios.
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