Divagan por los brazos de muchas mujeres o mujercitas, las conquistan, las enamoran, pero a la hora de los compromisos abandonan toda relación, aunque saben que su corazón es para "esa" mujer, siguen regando las flores del jardín hasta que no quede una sin probar. Mientras tanto la afortunada de tener su amor espera, y desespera la llegada de su amor, casi imposible. La cosa es que esa espera puede caducar y volverse insostenible.
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