Las imágenes femeninas de occidente en los últimos 2.000 años, usadas como modelos correspondientes a los comportamientos que deseaban imponer y para que fuesen imitados, han sido bien como:
- Arquetipo de belleza: representadas en papeles como ser secundario y que se atenían al ideal femenino de belleza formal corporal, objeto para la contemplación y disfrute erótico masculino, que afirma el valor de la mujer como objeto de deseo.
- Arquetipo espiritual: representaciones de la Virgen María pura y casta y de santas. Son infinitas esculturas de la Virgen María sola o con su bebé; escenas con la coronación de la Virgen; la visitación; la muerte y asunción; de natividad con escena de adoración de magos; la Virgen al pie de la cruz; la Piedad, imágenes de santas, etc.
- Arquetipo sexual: que reflejan la consideración femenina como símbolo de lujuria y de pecado y se la convierte en un ser maléfico. Se empiezan a tallar imágenes con las que se intentaban cohibir las conductas escenificadas, como medidas disuasorias para que las mujeres se abstuvieran de realizar esas conductas pecaminosas. Por ejemplo para expresar que un varón estaba dominado por el pecado se representaba de rodillas mientras una (mala) mujer lo cabalgaba como símbolo de dominio. Y cuando el varón era el que vencía el pecado, es él el cabalga sobre la (mala) mujer y la domina.
Es decir puede resumirse que las manifestaciones femeninas en occidente en los últimos milenios principalmente han sido exclusivamente de madres, místicas, mujeres pecadoras, o mujeres que cumplína el ideal de belleza, o relacionadas con el culto religioso. Es de destacar la representación escultórica de santa Babila con un candado en la boca, metáfora del ideal machista de negar a las mujeres incluso el derecho al uso de la palabre, única arma femenina que la compensa de su falta de poder.
|