Sexo y Religión
> Por: CIDCAMPEADOR
> 20:58 Hs, Lunes, 14 de Mayo 2007
Sé que el título de mi comentario es osado. Hemos hablado del Tantra (que de todas maneras tiene un componente religioso), y además, hemos recién insinuado algo sobre el amor y las comidas, sobre lo cual hay mucho, pero mucho que hablar. Pero hurgando entre las telarañas de mis lecturas encontré algo tan curioso que se los voy a transcribir textualmente, que tiene relación con comidas y sexo, pero también con religión. En un antiquísimo libro llamado "El Jardín Perfumado", un negro musulmán llamado Mimún da cuenta de su proeza de haber estado durante sesenta días practicando el juego amatorio sin hartarse, porque sólo se alimentó de yemas de huevo y pan. En ese mismo libro, el jeque Nefsawi dedica -entre otros- el siguiente párrafo al poder afrodisíaco de los huevos: "Quien se alimente por varios días de huevos cocidos con mirra, canela y pimienta, verá aumentado el vigor de su erección y su capacidad para el coito. Su miembro estará tan túrgido que parecerá que nunca podrá volver a su estado de reposo. (¡Que Alá en su grandeza lo preserve hasta el día de la resurrección!) Quien desee operar una noche completa y, debido al súbito deseo no ha podido hacer los preparativos antes mencionados, podrá recurrir a lo siguiente: freirá un buen número de huevos en grasa fresca y mantequilla, y cuando estén bien cocidos, los mezclará con miel. Si come lo más que pueda de esto, con un pedazo de pan, podrá acariciar y consolar por toda la noche. (Con la ayuda de Alá. Que Él vierta sus bendiciones en su Profeta y nos otorgue salvación y misericordia). ¿Qué opinan, chicas? ¡A comprar huevos se ha dicho!



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