Dos amigas que no se veían desde hacía tiempo se encuentran en el purgatorio, ambas fallecidas trágicamente.
-¿Y tú, qué te pasó, como falleciste? dice una.
-La otra: De un infarto, ayer. ¿y tú?
-Yo morí congelada, ayer también.
-¡Congelada! Pero qué terrible, ¿Es muy doloroso?
-No, no tanto, al principio uno siente mucho frío, luego comienza a no sentir los pies ni las manos, y luego se duerme, así que no se siente nada más. Pero cuéntame, ¿cómo ocurrió tu infarto?
- Pues resulta que ayer en la tarde una vecina me llamó al trabajo y me pasó el soplo de que una mujer estaba con mi marido en casa. De inmediato volé, entré repentinamente y él estaba en el dormitorio, acostado pero solo. Le dije: "Ah, desgraciado, dónde la escondiste", y comencé a buscar por todas partes: debajo de la cama, en el clóset, en el baño, detrás de los sillones, en la cocina, y nada. Corrí subiendo y bajando escaleras como loca, hasta que de repente me vino el infarto, y aquí me tienes. Bueno, y lo tuyo, ¿Cómo ocurrió?
Y la otra: -Estúpida que eres, si hubieras buscado en el refrigerador, estaríamos las dos vivas.
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