Como
todo arte, tejer es algo que debe aprenderse y que toma un gran esfuerzo y
voluntad poder dominarlo.
Existen
varios métodos, como escuelas en cualquier arte, que pueden aprenderse. Se han
publicado cientos de libros y revistas donde se explica cuáles son los pasos a
seguir. Son de gran utilidad porque la mayoría de ellos incluyen fotos de cada
paso que se debe hacer. Al principio parece extraño y pensamos que jamás
lograremos algo bueno con tantos nudos y vueltas, pero luego de unas horas se
dará cuenta de que es algo fácil si se tiene la suficiente paciencia y
voluntad. También existen videos y cursos por Internet. De todas formas, tal
vez lo mejor sea ir a clases. Si se acerca la (lanería) de su barrio podrán
informarle. Aunque no se dicten cursos ahí mismo, sabrán decirle donde se
dictan y cómo contactarse.
Existen
dos métodos distintos de tejer: americano y continental. Con cualquiera de los
dos métodos pueden hacerse todos los tipos de puntos, lo que los diferencia es
la mecánica. Practique y descubra cuál le resulta más cómodo. Es preferible
que empiece con lana común y agujas de tamaño medio (número 7, por ejemplo).
La lana común otorga la ventaja de ser tolerante con los errores y además
permite corregirlos las más de las veces. También, al ser elástica, le dará
un terminado más parejo. Las agujas demasiado delgadas o gruesas puede
dificultar el trabajo si usted recién empieza a practicar este arte.
Elija
su silla más cómoda, una que no tenga apoya brazos demasiado altos para que le
estorbe el movimiento de los brazos, consiga una buena fuente de luz y relájese.
Si se deja ganar por los nervios sólo estropeará el placer de tejer y hará
que nunca más quiera volver a tomar las agujas. Disfrute este momento que es
para usted.