En una sociedad en que la violencia se ha convertido en un problema social, es preciso tomar conciencia de la gravedad de dicho problema y de la necesidad de asumir nuestro rol como agentes de prevención y de cambio.
Para ello, debemos contar con los elementos que nos permitan detectar si nuestros niños sufren algún tipo de maltrato infantil. Y además, deberíamos saber qué hacer en cada caso.
A- Abuso físico, que causa daño físico o enfermedad, desde una leve contusión hasta una lesión mortal. Puede incluir hematomas, cortaduras, quemaduras, fracturas y lesiones internas.
Los signos de abuso físico en un niño pueden ser los siguientes:
· Hematomas y contusiones inexplicables,
· un cierto número de cicatrice,
· marcas de quemaduras,
· fracturas inexplicables
· marcas de mordeduras de la medida de un adulto
El abuso físico de los niños existe en todos los grupos étnicos, religiosos, económicos y culturales.
B- Abuso sexual, que abarca desde la exhibición sexual hasta la violación. De todas las formas de abuso, ésta es la más difícil de aceptar y reconocer.
Recientes investigaciones muestran que una de cada cuatro niñas y uno de cada ocho niños serán sexualmente abusados antes de llegar a los 16 años. En más del 90% de los casos el abusador será masculino y en más del 80% de los casos será una persona conocida por el niño.
Este tipo de abuso puede definirse como “contactos o interacciones entre un menor y un adulto, en los que el menor está siendo usado para gratificar sexualmente al adulto”. El abuso sexual intrafamiliar ocurre cuando el abusador es parte de la familia (padre, padrastro, hermano mayor, tío, abuelo u otro familiar).
El abuso sexual extrafamiliar generalmente es cometido por un adulto que el niño conoce, como un vecino, un profesor, un profesional, etc. Una forma particular de abuso sexual es el incesto. Acto sexual entre familiares de sangre tales como padre-hija, hermano-hermana, madre-hijo, etc.
Hay un alto porcentaje de incesto padre-hija, que en general ocurre alrededor de la pubertad, pudiendo continuar durante largos años sin revelarse. Muchas veces, el incesto se revela cuando la hija se va del hogar.
Los signos de abuso sexual en niños o adolescentes son:
· Llanto fácil, por motivos insignificantes,
· cambios bruscos en la conducta escolar,
· llegar temprano a la escuela y retirarse tarde,
· ausencia escolar,
· conducta agresiva, destructiva,
· depresión crónica, retraimiento,
· conocimiento sexual y conducta inapropiada para la edad,
· conducta sumisa en exceso,
· irritación, dolor o lesión en zona genital,
· temor al contacto físico.
Es preciso tener en cuenta los siguientes datos:
· La fuerza física está siempre sólo en bajo porcentaje en los episodios de abuso.
· La autoridad del adulto es causa del sometimiento del niño que se siente amenazado y sobornado para obedecer.
· Por miedo a las amenazas del abusador, el niño no cuenta nada de lo sucedido.
· Si desean contarlo, muchas veces callan por temor a que no les crean, por vergüenza o por temor al castigo.
Si se animan a contar sobre el abuso, es preciso creerles, ya que los niños no inventan este tipo de historias acerca de su propio abuso sexual.
La edad promedio de abuso infantil es alrededor de los once años, aunque es frecuente que niños de menos de tres años sean abusados.
C- Abuso emocional, bajo la forma de insultos, críticas, burlas, amenazas, desprecio, descalificación, abandono y encierro. Es el tipo de abuso más difícil de identificar y probar. Pueden provocar graves daños psicológicos en un niño. Si escucha cotidianamente “sos una porquería”, “sos un inútil”, es probable que llegue a creerlo y actúe en consecuencia.
Algunos signos de abuso emocional son:
· Extrema falta de confianza en sí mismo,
· necesidad exagerada de ganar o sobresalir,
· excesiva demanda de atención,
· mucha agresividad o pasividad frente a otros niños.
Los padres pueden abusar emocionalmente de sus hijos sin saber que le están produciendo sufrimiento. Por ejemplo, es frecuente ver padres que, con buenas intenciones, presionan a sus hijos para sobresalir en distintos ámbitos (deportes, escuela, vida social), hasta el punto de ocasionarles un sufrimiento emocional crónico.
Pero también pueden ejercer abuso emocional pasivo, no brindando el afecto, la contención y la valorización que todo niño necesita para su sano desarrollo.
D- Abandono físico, que implica no atender las necesidades físicas del niño: alimentación, abrigo, higiene, cuidados médicos y vigilancia en situaciones riesgosas.
E- Abandono emocional, es decir, indiferencia y falta de respuesta a las necesidades afectivas del niño y a sus estados de ánimo.
F- Niños testigos de violencia: comprende a los niños que presencian violencia crónica entre sus padres y los trastornos que acarrea son muy similares a los que padecen las víctimas de abuso.
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