Cómo comprar la alfombra ideal
Todos hemos pasado por este momento. Cada vez que invertimos en una alfombra nueva, hacemos un juramento interno y nos comprometemos solemnemente a cuidar de esta nueva adquisición peluda.
Sin embargo, ¿de qué servirá el cuidado si hemos comprado una alfombra de mala calidad? La mayoría de las personas, la tercera inversión más grande, después de la compra de la casa y del auto, es el interior del hogar. ¿Lo caro es sinónimo de bueno?
Si leemos la garantía del fabricante podremos ver que dice que hay que pasar la aspiradora constantemente. Esta frecuencia debe ser diaria en las zonas de alto tránsito.
Pero, en estos días, ¿quién tiene tiempo para mantener a diario las alfombras? En el único ámbito en que se ve pasar la aspiradora con esta frecuencia es en la industria hotelera.
Raramente alguien vea cambiarse alfombras en hoteles o moteles al menos que se esté efectuando una remodelación mayor que conlleve nuevos esquemas de color. Por lo tanto, no sería alocado que intentáramos aprender un poco del negocio de la hospitalidad.
En la mayoría de los casos, las alfombras ya vienen instaladas, ya sea que se trate de una casa recién construida o de una habitada previamente. En el caso de una casa nueva, si estás presente en las primeras etapas de la construcción, tendrás la posibilidad de mejorar la calidad da la alfombra.
Por otra parte, podrías elegir la alfombra más barata conocida por el hombre común, que es la llamada “alfombra de construcción”. En cualquier caso, lo cierto es que la calidad de nuestra alfombra dependerá de cuánto queramos pagar.
La densidad de la alfombra
Es importante, más allá de lo que te diga el vendedor, que puedas comprobar la densidad de la alfombra. Simplemente coloca tus dedos como si fueran garras –sí, como si fueras a arañar a alguien-, coloca la mano sobre la alfombra, y empuja hacia abajo utilizando las yemas de los dedos.
De inmediato, notarás la densidad de la carpeta, y podrás comparar entre distintos tipos. Ésta, además, se reflejará en el precio por yarda cuadrada. La diferencia está en el número de puntadas por pulgada cuadrada. En una alfombra de gran densidad, será difícil poder divisar, aún separando los pelos con las manos, la base de la misma.
Mientras más fibras pilosas posea una alfombra, entonces más se soportarán unas entre otras, haciéndose más difícil su desplazamiento. Las alfombras con pocas fibras pilosas son candidatas a las grietas, y muchas veces dejan entrever sus bases –con el tiempo, todas éstas lo harán-.
Asimismo, cada paso podría devenir en un afinamiento y en el deshilachado de la alfombra; algo que, podría decirse, es el comienzo del fin.
Cabe destacar que el 60% de la tierra que cae sobre una alfombra puede ser removida con facilidad y efectividad mediante una rutina diaria de aspiración de las áreas de alto tránsito, tales como halls, escaleras, entradas y pasillos. Este simple proceso puede extender notablemente la vida de una alfombra.
Tal vez, el mayor pecado capital del comprador de alfombras sea ignorar la calidad de la base. Ésta es como la columna vertebral de la alfombra, que otorga apoyo y previene las hendiduras dejadas por los muebles pesados después de reacomodar un espacio.
Asimismo, cumple la función de retener el agua, como haría una esponja ante una copiosa cantidad de líquido derramado, por ejemplo, en el caso de un caño roto. Además, proporciona confort a nuestro andar de modo que nuestros pies y nuestras espaldas no sufran. Este es el único sitio en el que no importa la combinación de color, ya que la alfombra cubrirá la base.
Las bases para alfombras son tan importantes como la alfombra misma, y en algunos aspectos hasta más. Aunque no visible, esta base almohadillada es esencial para una instalación de buena calidad. Instalar la base adecuada hace la pisada más elástica, aísla del frío y del ruido, y alarga la vida de la alfombra.
Usa siempre una base de alfombra de buena calidad, pero recuerda que no siempre la más gruesa es la mejor: un suelo demasiado blando es peligroso, especialmente para las personas cuyo andar es algo inseguro.
Cuando pruebes una alfombra en la tienda, hazlo caminando sobre ella, pero pide que te pongan debajo una muestra de base de alfombra. La base es medida en onzas y en libras. Una vez más, mientras más grande el número, mayor la densidad.
Trata de evitar los productos basados en goma, que se sabe suelen pudrirse cuando los caños de agua caliente pasan cerca del subsuelo de concreto. Asimismo, no proveen absorción ante los derrames de agua. De hecho, en un escenario típico de vertimiento de agua, ésta continuará su avance saturando la mayoría de la superficie de la alfombra.
Tipos de alfombra
También será apropiado elegir el tipo de alfombra según el uso que se le va a dar. Si has nacido durante la época posterior a la segunda guerra, posiblemente estés acostumbrado a las alfombras hechas de poliéster.
El poliéster no es tan duradero como otras fibras, pero aún así es bastante resistente al desgaste, y ofrece una amplia variedad de texturas y colores. Aunque es susceptible de apelmazamientos y desgaste, es hipoalergénico, repele la humedad, resiste a los hongos y a la acción de las polillas, y se limpia fácilmente.
En la actualidad, el nailon es el material más común en las alfombras, y es también la fibra más resistente, lo que lo hace ideal para zonas muy transitadas. Es también la más duradera de las fibras sintéticas, y la más fácil de limpiar y mantener.
El nailon es resistente al moho y a la suciedad, elástico e hipoalergénico. En algunos tipos de nailon pueden producirse apelmazamientos y acumulación de electricidad estática. Generalmente se presenta en colores claros. Casi todos los colores oscuros se ven encarecidos debido a la gran cantidad de tintura empleada en la producción.
Por su parte, la lana ofrece un aspecto denso y rico, es elástica al tacto y resistente. Aunque de por sí repele las manchas, requiere de mucho mantenimiento, incluyendo el tratamiento antipolilla.
El acrílico es la fibra sintética más parecida a la lana. Se fabrica sobre todo para uso comercial. Ofrece resistencia a la suciedad, a acumular electricidad estática, a la polilla y al moho, y además es fácil de limpiar. Dispone de una amplia variedad de colores, y expuesto a la luz del sol se decolora menos que el nailon o el poliéster.
La olefina (polipropileno) se diseñó al principio para alfombras colocadas en el exterior y para sótanos, debido a su resistencia a la humedad, hongos, daños por agua, manchas, apelmazamientos, desgaste y electricidad estática.
Actualmente su uso se ha generalizado debido a su durabilidad, su aspecto y textura, similares a la lana. La olefina se tiñe antes de tejerla, y por eso sus colores son inalterables. Algunos tipos de olefina tienden a opacarse y decolorarse cuando se exponen a la luz solar directa.
El dorso de la alfombra
Las alfombras con dorso de yute fueron las más populares durante años. Esta fibra natural, hecha orgánicamente a partir de una planta, soltaba un tanino similar al café que alcanzaba la superficie de la carpeta y, en consecuencia, ocasionaba un descoloramiento permanente que terminaba arruinando la alfombra. Asimismo, este material servía como caldo de cultivo para la proliferación de moho y hongos.
Desde mediados de los 80, el dorso de polipropileno es la primera elección de los consumidores. Estas alfombras ostentan una terminación resistente y son capaces de soportar el abuso de sus usuarios.
Además, abaratan los procesos de producción y llegan más económicas al consumidor final. El 70% de todas las alfombras –con este dorso- involucradas en daños con agua potable, pueden ser secadas y vueltas a su lugar, sin evidenciar signos del accidente.
Ahora, tienes la información suficiente para que el resultado de la compra de una alfombra no dependa de la suerte. Y si ya tienes una alfombra, ¿la has aspirado últimamente?
Y ya que estamos hablando de lograr el hogar que siempre soñaste, ¿has pensado en el feng shui?
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