¿Quién dijo que un negocio es un proyecto de vida netamente racional?
Al iniciar un negocio, se habla de planes, estudios de mercado, números,
proyecciones futuras y objetivos por lograr. Pero se habla muy poco de las
emociones que surgirán en el proceso.
Si decides ignorar la importancia que tienen y te enfocas solo en el análisis
del futuro negocio que harás con tu cabeza, tus emociones te pueden pillar
desprevenido y tambalearán el suelo seguro que tú pensabas tener bajo tus pies.
Tus emociones
pueden llegar a ejercer una influencia tan grande sobre tus
decisiones que incluso te pueden llevar a boicotear tu proyecto. De hecho, te
aseguro que todo negocio fracasado es producto de una decisión de rendición que
fue precedida de fuertes emociones.
Por eso es muy importante que estés consciente de la parte emocional de tu
negocio y que te prepares adecuadamente para lidiar con los sentimientos que
surgirán inevitablemente mientras lo construyes.
¿Con qué emociones vas a tener que luchar al emprender en tu negocio?
Aparte de la emoción más obvia, que es el
miedo al fracaso, vas a verte
enfrentado con rabias, frustraciones, humillaciones, agobio, sentimientos de
rechazo y desilusiones.
No suena muy bonito, pero es un hecho:
¡Decididamente hay que tener estómago para hacer negocios con éxito!
Lo bueno es que puedes aprender a controlar tus emociones y así sobrevivir esos
momentos difíciles que son propios de cada negocio, especialmente en sus
inicios.
¿Qué puedes hacer para controlar tus emociones e impedir que te boicoteen tu
negocio?
1. Reconoce su importancia:
El primer paso es tomar consciencia del problema. Tus emociones no son tus
enemigos. Dios te las dio para que puedas sentir alegría y paz. Jesús sintió
alegría, gozo, tristeza y dolor, pero nunca se dejó dominar por sus emociones.
Tus emociones son un buen siervo, pero un mal amo. No te dejes controlar por
ellas. Al comenzar con tu negocio, debes estar dispuesto a invertir tiempo y
esfuerzo en prepararte emocionalmente de la misma manera en la cual estarás
preparado para aprender todo lo demás.
2. Desarrolla tu fe:
A diferencia de lo que muchos piensan, un negocio es un asunto profundamente
espiritual. Será mucho más fácil sobrellevar los momentos difíciles que vivirás
en tu negocio si tienes fortaleza espiritual.
No estoy hablando de una religión en sí, sino de una relación personal con un
Dios que quiere ser el socio principal de todo lo que haces, inclusive tus
negocios.
3. Controla tus pensamientos:
Tus emociones son producto de tus procesos mentales. Si tú piensas cosas malas y
meditas constantemente en todo lo que puede ir mal, tus emociones van a ser
negativas también.
Lee tu Biblia y llena tu cabeza de buenos pensamientos a los cuales puedes
recurrir en momentos de dudas.
4. Controla lo que hablas:
“De la abundancia del corazón habla la boca”. (Lucas 6:45) Si tus pensamientos
son negativos, hablarás negativamente. Aparte de crear una ambiente negativo a
tu alrededor, vas a proclamar tu propio fracaso, ya que “la vida y la muerte
están en el poder de la lengua.” (Proverbios 18:21)
Disciplínate y sella tu boca. Haz un hábito de decir solo cosas buenas, incluso
en los momentos más oscuros. O simplemente no digas nada.
5. Rodéate con personas de éxito:
Nuestro medio y la gran mayoría de las personas nos bombardean diariamente con
noticias y comentarios negativos. Es importante que busques a personas que
comparten tu visión, te edifican y te contagian su entusiasmo y su actitud
triunfadora.
Por Bettina Langerfeldt
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