Ya antes de los devastadores ataques del 11 de septiembre la
economía mundial
había entrado en recesión. La caída de los precios fue la mas
fuerte en 25 años, debido a la falta de consumo, mientras que en toda Europa y
América aumentaron los despidos, al tiempo que los empresarios dejaron de
invertir por temor a que la recesión no se frenara.
Y para terminar un año económicamente desastroso, vinieron los
ataques terroristas. Además de la bronca, la angustia, y las perdidas humanas,
los atentados contra las Torres Gemelas y el Pentágono aumentaron la
incertidumbre financiera, afectando al mismo tiempo nuestras inversiones
personales.
Frente a la recesión, los adultos se preguntan ¿Cómo apoyaré a
mis hijos si pierdo el empleo? ¿Recuperare el dinero que he perdido a causa de
la caída de las acciones y del bajo interés bancario? ¿Podré retirarme en el
momento que había planeado? ¿Han cambiado las reglas del juego?
Según los expertos, la clave está en no asustarse ni entrar en
pánico. Los fundamentos básicos de la economía mundial no han cambiado pese a
la recesión y la guerra, y las reglas del juego continúan siendo las mismas.
Para ello, existen una serie de medidas que pueden ayudarlo a
proteger sus finanzas y a mantener sus ahorros destinados a la vida de retiro.
Es posible que en estos duros tiempos no logre amasar una fortuna, pero sí puede
llegar a prosperar en sus inversiones.
1.Cree
una red financiera segura
La vieja frase “espere lo mejor preparándose para lo peor” tiene
mucha actualidad por estos días. Nadie le está sugiriendo que empiece a temer
por su futuro, sino que posea un plan de emergencia para enfrentar cualquier
tormenta financiera.
Su primera forma de defensa puede ser tener una cuenta de
reservas en efectivo disponible para cualquier eventualidad. Puede ser un
depósito bancario a corto plazo en algún banco del exterior. Esto es
absolutamente legal, y se hace para que frente a algún problema financiero que
pueda surgir en su banco o su país, usted disponga de efectivo para afrontar sus
gastos diarios.
De esta forma, podrá evitar la utilización de tarjetas de
créditos, cuyos intereses son altísimos, o de la necesidad de desprenderse de
activos para mantener su nivel de vida.
Los planificadores financieros
recomiendan mantener una cantidad de dinero como para cubrir entre tres y seis
meses sus gastos normales, ya que las crisis financieras duran este lapso. Sin
embargo, en la actualidad, es recomendable tener mayores reservas.
La nueva regla, entonces, es disponer de reservas similares a
entre seis y nueve veces su gasto mensual. Más aún si usted trabaja en una
empresa cuya producción sea para consumo interno del país en recesión.
Otra posibilidad es abrir una carpeta de crédito en algún banco
exterior. Mientras usted conserve el empleo, es muy posible que el banco acepte
otorgárselo, aunque usted no tenga apuro en recibirlo. Manténgalo en Stand-
By por si en algún momento llegara a necesitarlo.
Otras medidas muy recomendadas son: realizar duplicaciones
certificadas por escribano de sus expedientes financieros importantes, como
recibos de pago de impuestos, escrituras de propiedades, o pólizas de seguro.
Luego, depositarlos en una caja de seguridad del banco, o cualquier lugar
seguro, lejos de su hogar u oficina. También guarde algún dinero en efectivo en
un lugar seguro de su casa, por si algún imprevisto le impidiese retirar
efectivo del sistema bancario nacional o internacional.
2. Mejore su cartera de inversiones
En esto, todos los analistas financieros coinciden: no son
tiempos de tomar grandes riesgos para las inversiones. En momentos de
incertidumbre económica, no perder dinero ya significa haberlo ganado "Mirando
hacia a adelante, me imagino que la frase de moda de los planificadores de
inversión va a ser ‘a la defensiva’" dice Robert Estévez, un empleado de una
firma financiera de Chicago. "Sin una mínima precaución muchos podrán hundirse"
Comience repasando en donde invierten el dinero de su Fondo de
Inversión, como andan las empresas en la que posee acciones, y cuan solvente es
el banco en el que tiene depositados sus plazos fijos. O como dice un veterano
inversor "convierta en dinero cash cualquier patrimonio que no lo deje
dormir durante la noche".
Pregúntese: ¿Por qué tengo esto? ¿vale la pena que lo
siga manteniendo? ¿Lo compraría de nuevo hoy en día? Si la acción está en una
industria cuya producción podría ser afectada en el futuro la recesión, o si el
fondo mutuo ha bajado aún mas que sus pares y no ve en el horizonte nada que
pueda revertir estas tendencias, deshágase de ellos "mucha gente es renuente a
vender cuando sus inversiones tienen pérdidas notorias, con la esperanza de que
se recuperen y su inversión no resulte un fiasco" dice Houston.
"Lo que no se
dan cuenta es que retirarse de una mala inversión no significa una perdida, ya
que ese dinero puede ser utilizado en otros tipos de opciones financieras.
La
perdida será cuando ya no tenga posibilidades de utilizar su capital". De
cualquier forma, no es recomendable desprenderse de todo el capital al mismo
tiempo: usted podría haber vendido en un pico mínimo del mercado.
Lo ideal es ir
desprendiéndose de sus activos gradualmente, cada dos o tres meses. Invierta en
varios tipos de opciones financieras, diversifique su capital lo máximo posible,
y apueste siempre a lo seguro.
Para otros, lo ideal son los fondos de inversión limitados “Lo
interesante de estas opciones es que son una mezcla de seguridad y rendimiento.
Usted tiene una seguridad parecida a la de un plazo fijo, en la medida de que no
podrá tener pérdidas graves, pero, por otra parte, su rendimiento es mucho mayor
que la de cualquier tipo de deposito bancario”.
3. Mantenga sus asuntos financieros y jurídicos en orden.
Los últimos atentados en Estados Unidos nos han hecho tomar
conciencia de nuestra vulnerabilidad, y de que nada es para siempre, y la gente
se ha dado cuento de que no puede dejar todo para mañana por que ese mañana
podría no existir.
En principio, usted necesita un testamento actualizado, donde de
cuenta de quienes heredarán sus activos financieros y otras pertenencia
(dependiendo de las leyes de su país de residencia). Debe también nombrar a un
tutor para sus niños si ellos son aún menores de edad, para que se encargue
tanto de la educación como de administrarles el dinero hasta que cumplan los 18.
Sin un documento jurídico que indique sus deseos, las leyes determinarán la
disposición de sus activos y quién tomará el cuidado de sus niños, si ambos
padres han muerto.
Pero no sólo se trata de la muerte. También podría quedar usted
mentalmente incapacitado para tomar decisiones, por lo que debe designar a la
persona que en ese caso lo representaría en todo tipo de aspectos jurídicos y
financieros.
Diversos instrumentos legales (dependiendo del país de su
residencia) permiten a un representante designado por usted tomar decisiones
médicas en su favor, y dar cuenta de los tratamientos médicos que usted elige o
rechaza, en caso de que no pudiera hacerlo en ese momento.
4. La importancia de un buen seguro
Si su familia entera depende de sus ingresos, un buen seguro de
vida que otorgue beneficios mensuales iguales o mayores al seis o siete por
ciento de su renta anual le será de extrema utilidad. También debería poseer una
cobertura frente a riegos de accidentes que lo incapaciten laboralmente, que
sustituyan por lo menos el 60 por ciento de sus ingresos mensuales.
Los seguros
que no necesita de forma imprescindible son los de vuelo, recorrido, y contra
acciones terroristas con los qué estaría gastando alrededor de $1.000 mensuales
sin ninguna justificación. Si desea una protección financiera adicional, es
preferible que invierta en una póliza de seguro contra todo riesgo, cuyo costo
es, de todas formas, menor.
Estos cuatro ítems tienen algo en común: Cuando los tiempos
políticos y económicos son preocupantes, debemos poner manos a la obra en
nuestra planificación económicas sin desesperarnos, pero sin dejar tampoco que
el tiempo le gane a nuestra inacción.
Necesitamos tomar medidas adicionales para
vigilar y reducir al mínimo el impacto de las fuerzas exteriores sobre nuestra
seguridad financiera. Más que suspender las actividades de inversión, debemos
replanificarlas con un criterio sustentable, para que no se reduzcan al mismo
ritmo que el mercado.
Debemos mantener nuestra cabeza fría y aprovechar las
oportunidades que se nos presentan, como acciones subvaluadas o compras de
activos a bajo costo. Y debemos tomarnos la desagradable tarea de ocuparnos de
eventuales desgracias personales que puedan dejar desamparada a nuestra familia
o a nosotros mismos.
Si cuando capee el temporal hayamos podido lograr mantener
nuestras reservas intactas (o mejor aún acrecentadas), no solo podremos volver a
liberarnos de nuestra ansiedad, sino que además sentiremos el orgullo de haber
actuado como verdaderos adultos.