Las
ventajas de levantarse temprano son muchas y los beneficios que se logran,
también. Solamente hay que mentalizarse y tomar una serie de precauciones para
tener éxito.
Consejos para madrugar mejor
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Tener una rutina para acostarse a un horario adecuado. Si se sabe que al día
siguiente hay que levantarse temprano, hay que regular el
horario de descanso.
De esta manera, el levantarse no causará tanta pereza.
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Colocar el despertador media hora antes para que el cuerpo se vaya
acostumbrando. Esto ayudará las primeras semanas para marcar una pauta y que
luego no sea tan difícil poder despertarse a tiempo.
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Procurar
relajarse la noche anterior para descansar adecuadamente. Un baño
relajante ayuda a liberar tensiones. Es conveniente disponer de un momento
tranquilo antes de acostarse.
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Evitar las bebidas que estimulan más de la cuenta como las gaseosas con cafeína
o el café.
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Dejar pasar un tiempo prudencial entre la última comida del día y el irse a
dormir.
Muchas de
las dificultades que impiden el despertarse temprano es la falta de calidad del
sueño durante la noche. “La gran mayoría de las personas que se quejan porque
se levantan cansadas tienen esta dificultad.
No descansan bien y aunque se
levanten al mediodía siguen en un estado de fatiga que no se pueden explicar. El
sueño tiene que ser reparador y si se está padeciendo de insomnio hay que
consultar con un especialista”, sostiene la neuróloga uruguaya Milagros
Peizin.
Ventajas
de levantarse temprano:
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El día rinde mucho más.
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Hay más tiempo para ocuparse de las actividades rutinarias y más tiempo para el
descanso
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El organismo se llena de energía y la mente se oxigena
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Tener el tiempo necesario para disfrutar de un buen desayuno
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Posibilidad de organizar las tareas con calma y sin olvidar lo verdaderamente
importante que haya que concretar
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Se obtiene mayor eficacia y el rendimiento es claramente mucho mayor
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Más posibilidades de disponer de tiempo para una misma mientras el resto de la
familia duerme.