Ya sea que recientemente haya heredado un anillo de diamantes, que haya
encontrado una piedra en el suelo, o que simplemente desee estar absolutamente
seguro de que su piedra es real, estas pruebas caseras pueden ayudarlo.
Las
siguientes pruebas le ayudarán a determinar con precisión si su diamante es una
falsificación, pero, para estar completamente seguro de que su diamante es real,
es recomendable, si su piedra pasa, al menos, una de estas pruebas, que se la
lleve a un joyero o gemólogo para una valoración profesional.
Prueba del aliento
Coloque la piedra cerca de su boca y exhale sobre su superficie, como si
quisiera empañar un espejo.
Los diamantes no pueden retener el calor e
inmediatamente prescindir de él, por lo que, en vez de empañarse como haría el
espejo, la superficie del diamante no mostrará ningún cambio en absoluto, y se
mantendrá completamente transparente.
Si realiza esta misma prueba en un
circonio cúbico, la superficie se pondrá brumosa. Esta prueba le ayudará a
determinar si usted tiene un circonio cúbico en lugar de un diamante, pero no le
permitirá diferenciar un diamante de una moissanita.
Prueba de la lupa
Si usted tiene una lupa de joyería, una lupa común o incluso un microscopio, y
algo de conocimiento básico sobre la inclusión de los diamantes, esta prueba le
ayudará a distinguir fácilmente un diamante de calidad comercial de uno de menor
categoría.
La mayoría de los diamantes tienen algún tipo de inclusión. Si usted
revisa su piedra bajo algún tipo de elemento de ampliación, con buena luz, es
posible que note un pequeño trozo de carbón o una mancha blanca similar a una
pluma.
El circonio cúbico y otros diamantes sintéticos, como la moissanita, no
tienen este tipo de inclusiones y no presentan ninguna irregularidad interna.
Esta prueba le ayudará a determinar si su diamante es real. Sin embargo, no tome
esta prueba como el factor decisivo para afirmar que su diamante es falso debido
a la ausencia de inclusiones.
Las inclusiones específicas de los diamantes
indicarán que se trata de un diamante real, pero puede haber casos de diamantes
sin imperfecciones internas sin ningún tipo de inclusiones; estas piedras son
reales, pero son muy similares a imitaciones de diamantes.
Prueba del rasguño/del diario
Ambas pruebas funcionan mejor si su piedra está suelta. La primera prueba
consiste en tomar la piedra y tratar de hacer un rasguño en un pedazo de vidrio
con ella.
Esto debe hacerse con precaución, ya que es posible que se dañe o
estropee el diamante, especialmente si se trata de uno con bordes quebradizos.
Si la piedra no produce un rasguño en el cristal, lo más probable es que se
trate de una falsificación. Si deja una marca, entonces es conveniente realizar
algunas pruebas adicionales, debido a que algunos diamantes sintéticos también
pueden rayar el vidrio.
La prueba del diario funciona bien cuando se tiene una piedra un poco más
grande. Si se coloca un circonio cúbico sobre una hoja de diario, usted debería
poder leer las letras ubicadas debajo de la piedra.
Los diamantes, por el
contrario, refractan la luz de tal manera que no permiten leer a través de
ellos. Si usted no tiene una hoja de diario, tome un pedazo de papel y dibuje un
pequeño punto en él.
Si se trata de un verdadero diamante, usted no podrá ver el
punto a través de él.
Prueba del agua
Coloque su diamante en un vaso con agua. Esto sólo funcionará si su diamante
está suelto. Debido a la diferencia de densidades, un diamante genuino se
hundirá hasta el fondo del vaso, mientras que la mayoría de los diamantes de
imitación flotarán.
Si su piedra pasa al menos una de estas pruebas, entonces vale la pena que se lo
lleve a un joyero o gemólogo profesional para que la examine.