No. No se trata de que el Klan
haya abandonado la violencia y el racismo para dedicarse al
negocio
inmobiliario.
Ni se trata tampoco de que las
inmobiliarias hayan impuesto las capuchas blancas como uniforme de trabajo.
Se trata de algo llamado
“información asimétrica”, un estado de cosas en el que una de las partes de una
transacción tiene mejor información que la otra.
Esto es algo que por lo
general aceptamos –sin pensarlo demasiado- como una de las verdades del
capitalismo: una situación en la alguien (el experto) tiene mayor y mejor
información que la otro (el consumidor).
Stephen Levitt y Stephen
Dubner, autores del bestseller mundial Freakonomics: Un economista politicamente incorrecto explora el lado oculta de lo que nos afecta, afirman que la
información asimétrica hace que el mercado funcione casi siempre a favor de
quien detenta el “poder de la información”, alterando sus supuestas reglas y la
pretendida autoregulación espontánea del mercado que es la base de muchas
ideologías económicas.
Veamos el caso inmobiliario.
Usted quiere vender su casa,
pero tiene el problema de que si fija un precio demasiado alto no conseguirá
compradores, y si lo fija demasiado bajo, perderá dinero.
Recurre entonces a un agente
inmobiliario, que es quien posee la información real sobre el precio aceptable
para el mercado de compraventa de inmuebles en cada momento.
Y al hacerlo supone que el
objetivo último de una inmobiliaria es obtener el mejor precio para usted.
¡Error!
El objetivo último de la
inmobiliaria es recuperar sus gastos y obtener la mayor comisión posible en el
menor tiempo posible, lo que hace que muchas veces lo incite a vender por un
precio mucho menor del que podría obtener, ya que para ellos la diferencia en la
comisión que perciben será pequeña y les conviene más cobrar rápido su comisión
y dedicar su tiempo a vender otras propiedades.
¿Cómo lo hacen?
Pues convirtiendo la
información en temor: mencionando como al pasar, por ejemplo, todas las casas
mucho más lindas que la suya que hace meses que no pueden vender.
Obviamente, Levitt y Dubner no
pretenden que creamos en todo esto solo porque ellos lo dicen, sino porque lo
dice un estudio realizado en Estados Unidos, que comparó los precios que
obtenían los agentes inmobiliarios cuando vendían propiedades que les pertenecía
con los precios que obtenían para sus clientes.
¿Resultado?
Cuando vendían sus propias casas, las mantenían a la venta 10 días y obtenían
por ellas –en promedio- 10.000 dólares más que cuando vendían las de sus
clientes.
Nada mal como recompensa por la información asimétrica que poseen, ¿no te
parece?
¿Y el Ku Klux Klan, a todo esto?
Dubner y Levitt postulan que todo el secreto que rodea al Klan –sus rituales,
contraseñas, lenguaje para iniciados, etc.- es la base de una información
asimétrica que contribuye a su objetivo de aterrorizar y perseguir a sus
víctimas.
Pero ese ya es otro tema, en
el que puedes profundizar yendo a las fuentes: Freakonomics: Un economista politicamente incorrecto explora el lado oculta de lo que nos afecta