Hacerlo es
fácil, siempre que la máquina no esté configurada para mostrar los archivos
ocultos.
Para ello:
1- Abre el
Explorador de
Windows (Windows Explorer) desde el menú Inicio / Programas
2- Haz clic
con el botón derecho sobre el archivo que deseas esconder y selecciona
Propiedades (también puedes hacerlo directamente desde la carpeta en que se
encuentre)
3- Marca el
casillero "Oculto" (Hidden) y haz clic en Aceptar (OK)
Para verlo
nuevamente, simplemente búscalo por su nombre mediante la función Buscar (Find),
desde el menú Inicio
Lo único
que debes tener en cuenta es que otras personas también podrán buscarlo de esta
manera.
Para mayor seguridad, existen programas especiales para ocultar archivos
(pero ese es otro cantar...)
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