Aunque muchos de los que están leyendo esta nota quizás no lo hayan llegado a
utilizar nunca, los primeros diskettes que se comercializaron a principios de la
década del setenta fueron los de 8 pulgadas.
Algunos años después, siempre en la
década del setenta, surgieron los diskettes de 5¼ pulgadas. Estos seguramente
son mucho más conocidos por el público general, ya que se utilizaron mucho entre
la década del ochenta y parte de los noventa. En su momento fueron muy útiles
para almacenar contenido y transportarlo con comodidad.
Los diskettes de 3½ pulgadas fueron la última generación de diskette populares,
hoy casi en el olvido frente a los medios de almacenamiento digital (CD, DVD o
Blu-Ray). Sin embargo, en el último tiempo lograron gran popularidad otros
medios de almacenamiento extraíbles, basados en memorias flash y con conexión
USB.
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Esos dispositivos, tan comunes hoy en día para quien debe transportar
información entre diferentes equipos, pueden recibir diversos nombres. En inglés
se los denomina USB flash drive, en varios países de habla hispana los conocemos
como pendrives, pero en otros países se los menciona directamente como memorias
o bien como USB's.
En el mercado actual se consiguen dispositivos de este tipo con capacidades que
pueden ir desde 1GB hasta 256 GB. Por lo general se conectan mediante tecnología
USB 2.0, pero los más modernos dispositivos ya están ofreciendo opciones de
conectividad con USB 3.0, logrando mejor performance y velocidad.
Estos dispositivos, tan versátiles y útiles corren tres riesgos principales. El
primero que se nos puede ocurrir es el daño físico que pueda tener al golpearse
o caerse. El segundo puede ser la posibilidad de que se extravíe o que sea
robado.