Los
aprendices activos y los reflexivos
Las
siguientes características le darán una primera visión sobre las diferencias
entre los estudiantes activos y los reflexivos y lo ayudarán a identificarse
con alguno de ellos:
- Los
aprendices activos tienden a retener y comprender bien la información
realizando una tarea activa con ella –discutiendo, aplicándola o explicándola
a otros-. En cambio, los reflexivos prefieren pensar en ella detenidamente
primero.
- “Vamos
afuera a ver cómo funciona esto” es la frase de un estudiante activo;
“Vamos a ponernos a pensar en esto primero” es la respuesta del
reflexivo.
- Los
estudiantes activos tienden a formar grupos de trabajo más que los
reflexivos, quienes prefieren trabajar solos.
- Sentarse
a leer sin tener que realizar una actividad física más que tomar notas es
duro para ambos tipos de estudiantes, pero particularmente para los activos.
No
obstante, es importante tener en cuenta que todos somos activos a veces y
reflexivos en otras ocasiones. Su preferencia por una u otra categoría puede
ser fuerte, moderada o leve. Y el equilibrio entre ambos es deseable, ya que, el
actuar prematuramente antes de reflexionar puede meternos en problemas, y el
consumir mucho tiempo en reflexionar puede llevarnos a no hacer nada.
Cómo
pueden ayudarse a si mismos los estudiantes activos
Si usted es un aprendiz activo en una clase que dedica poco o nada de su tiempo
a discutir o realizar actividades para solucionar problemas deberá tratar de
compensar esa carencia cuando estudia.
Estudie en un grupo en el cual los miembros se turnen para explicar
diferentes temas a los otros. Trabaje con otros, tratando de imaginar qué le
preguntarán en el próximo examen y respondiendo como lo haría en ese momento.
Retendrá mucha más información y mejor si encuentra vías para hacer algo con
ella.
Y
qué pueden hacer los reflexivos
Si usted es un
estudiante reflexivo en una clase que no dedica mucho tiempo en pensar en la
información, también deberá tratar de compensarlo cuando estudia.
No
se disponga simplemente a leer o memorizar el material. Deténgase periódicamente
a revisar lo que ha leído y pensar en posibles preguntas o aplicaciones.
Encontrará
útil escribir pequeños resúmenes o releyendo las notas tomadas en clase con
sus propias palabras. Esto podrá tomarle tiempo extra pero le permitirá
retener el material más efectivamente.
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