¿Cuál es el mejor método para vender sus artesanías?

¿Sirve la consignación?, ¿o es mejor la venta al por mayor? Algunas respuestas antes de comenzar.

Las artesanías no son solo un hobbie, sino que de
hecho pueden también ser un buen negocio. Efectivamente, muchos artesanos
montan micro-emprendimientos y, a veces, tienen que atender a un gran mercado,
lo cual los lleva a vender a otros comercios las mercancías que producen.
Por cierto, también están quienes no pueden afrontar todos los gastos y
problemas que esto representa, o no consiguen minoristas que tomen el riesgo de
comprar sus productos, y deben entregar su mercadería en consignación.

En este sentido, para decidir qué tipo de
comercialización podría ser la mejor para usted y sus productos, sería muy importante
conocer la diferencia entre estos dos mercados.

  1. Venta

    al
    por mayor

Cuando se venden los productos al por mayor, se
están vendiendo directamente a los revendedores. Esto implica generalmente
atender ferias, muestras, y hacer catálogos. Este método, y sus
correspondientes implicancias, como la fabricación de catálogos y packaging, si
bien es muy apropiado para muchos, es a menudo costoso y puede a veces ser algo
complicado. De hecho, las ferias comerciales de buena calidad pueden costar
varios miles.

Para los artesanos que cobran en efectivo y al
contado, lo cual se produce en los mercados al por menor, el hecho de completar
órdenes de pedido a futuro y llegar a su casa sin efectivo, les puede parecer
una pérdida de tiempo y dinero. Sin embargo, es importante tener presente que
muchos comerciantes pueden conseguir sumas grandes en pedidos, mucho más que la
mejor de las ventas que un minorista podría hacer.

Por otra parte, como se ha señalado, esto tiene sus
complicaciones, pues si se invierte una fuerte suma en promoción, catálogos, y
distribución, y las compras no llegan a compensar estos gastos, se puede estar
fuera del negocio por un largo tiempo.

Incluso en un potencial gran evento comercial, los
costos deben ser costeados por anticipado y el dinero recibido en órdenes puede
tardar en cobrarse un largo período de tiempo. 
Muchos compradores nunca pagarán sus envíos por adelantado, sino que la
mayoría lo hará solamente con cheques de 30 a 90 días.

Por eso, para las órdenes al por mayor, es
recomendable que los clientes mayoristas hagan un pago por adelantado, por
ejemplo ofreciéndoles descuentos del 5 al 10% para incentivarlos a hacer esto
mediante un documento donde se notifique al cliente cuando la orden estará
lista para ser enviada. Así, el pago se hará antes del envío, o por lo menos
contra entrega.

Sin embargo, como se ha dicho, muchas de las
grandes compañías tienen sus propios términos, en donde ser debe o aceptar su
método de pago, u olvidarse de las grandes órdenes, lo que hace que la mayoría
acepten sus términos y esperen el pago, antes que perderse esas órdenes. Pero
aún en estos casos, sería importante cerciorarse que se indican claramente las
políticas de pago, y, por supuesto, tener presente hasta donde aceptará quebrar
sus propias reglas para hacer una venta.

2. Consignación

Si no se tiene liquidez como para atender a los
mercados al por mayor, posiblemente no quedará otro remedio que perderlos, pero
todavía se tendrá otra alternativa, la de la consignación.

Cuando se ofrecen las artesanías en consignación,
se ponen los productos en una tienda de forma gratuita. Algunos negocios que
ofrecen vender a consignación pueden cobrar un honorario simplemente por
hacerlo, más allá de que se venda o no. Sin embargo, sería bueno pensar que si un
comercio ya está cobrando sin necesidad de vender los productos, ello
significará que difícilmente se esforzarán por hacerlo, por lo que no es
conveniente aceptar estos tratos.

En la consignación, sólo se hace dinero cuando el
producto se vende al consumidor final. Se ofrece un precio al por menor, y la
tienda que los tome en consignación conseguirá un descuento, que muchas veces
está por encima del 50%, mientras que el artesano se quedará con el porcentaje
restante.

Los productos en consignación suelen demandar menor
trabajo de colocación que en los mercados al por mayor, en el sentido de que si
los productos no se venden, los negocios o compañías simplemente se los
devuelven. Pero a menos que se planeen colocarlos en centenares de lugares a la
vez, la venta al por mayor puede ser mucho más provechosa, porque se logrará
vender más cantidad.

Por supuesto que también, al vender al por mayor,
si los productos no se venden en los minoristas, las cosas se complicarán.
Aunque de vez en cuando se conseguirán compradores que arreglen que les sea
devuelto el dinero de las mercancías no vendidas, esto no es lo más común, y
queda claro por qué mucha gente no puede arriesgarse a hacer negocios de esta
manera. Además, si se puede tener que devolver el efectivo por las mercancías
no vendidas, tal vez sería mejor evitarse problemas de falta de liquidez y
tratar de vender al por menor. De hecho, mucha gente ha tenido un gran éxito en
el mercado de la consignación. No es muy complicado, y es digno de ser
intentado.

La opción más conveniente

De todas formas, está en uno decidir. Si como en
muchos de los negocios de la artesanía, uno no se puede permitir muchas
pérdidas de grandes sumas en la industria al por mayor, es más que posible que
se desee hacer los primeros intentos de venta mediante la consignación. O si se
tiene un producto que se vea como altamente comercial, con un precio al por
mayor competitivo, se podría hacer el intento de lanzarse a los mercados al por
mayor con toda la mercadería que sean posibles.

Según señalan los especialistas, lo mejor es
mantener los huevos en tantas canastas como sea posible, por lo que no estará
mal hacer una combinación de ambos tipos de venta, dependiendo del producto. De
hecho ambos métodos tienen sus lados buenos y malos. Además, nada, en este
negocio, es ciento por ciento seguro, pues de hecho, lo único seguro, en el
rubro de las artesanías y los micro-emprendimientos, es que todo cambia y nada
está garantizado.