Al ser tantas las preguntas que uno se hace antes de solicitar un aumento de sueldo, la persona termina por acobardarse y jamás vuelve a intentar a pedirle esto a su jefe.
Por eso los expertos recomiendan, no quedarse con la espina e ir de frente a plantearlo. Claro que siempre se debe tener bien en claro que uno lo merece y tiene las armas suficientes como para demostrar que su desempeño lo ratifica.
Lo primero a tener en cuenta es enfocar la cuestión y dejar de ver este tema como sólo un pedido que un empleado le hace a su jefe, y empezar a considerarlo como una negociación. Si se lo ve de esta última manera, encontramos a dos personas que se sientan a conversar sobre la conveniencia de modificar algo previamente acordado. En esta conversación hay alguien que propone y a cambio ofrece un argumento que justifique el aumento.
Una cosa a tener presente es que nunca un pedido de aumento debe ser motivo de una cuestión personal del tipo “no me alcanza la plata” o “mis gastos aumentaron”, ya que si se lo encara así la respuesta será negativa pues el empleador no visualizará su beneficio.
Por eso el tema debe entrar en la lógica de la mutua conveniencia. Plantear el tema en términos de mutuo beneficio, por eso es necesario demostrar que nuestra tarea lo beneficia. Nunca uno debe ponerse en el lugar del que pide esperando que se lo concedan.
Obviamente que lo ideal es que el aumento llegue solo y no ir a pedirlo. Hay algunas compañías que lo hacen, pero son las menos. A la gran mayoría hay que abrirle los ojos.
Además pensar en un aumento de sueldo siempre implica reflexionar y hacer un balance. Para eso una buena pregunta a responderse a uno mismo es ¿por qué merezco un aumento de sueldo?
Ante esta pregunta una buena forma de responderla es hacer una lista con la cantidad de tareas que se realiza en el trabajo y las que se adquirieron oficial o extra oficialmente durante el tiempo que uno lleva en la empresa. A esta se le puede sumar la pregunta: ¿tengo más obligaciones de la que me plantearon inicialmente?
Otra cuestión a tener en cuenta es si la empresa está atravesando una situación económica complicada.
Dentro de esto un dato curioso es que según estudios realizados las mujeres reclaman menos que los hombres. Porque aceptan más las reglas del mercado.
¿Y que ocurre si la respuesta es un no rotundo? Lo que se aconseja en esos casos de que uno sabe que realmente merece un aumento y sabe que no se lo van a otorgar, es comenzar a buscar otras oportunidades laborales en otra empresa. Algo que resulta generalmente un interesante desafío.
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