Mi personaje inolvidable

Recuerdo que hace años cuando leía las Ediciones del Reader´s Digest en una de sus secciones figuraba “Mi personaje Inolvidable”. Alllí de una manera muy particular, se describía una personalidad que alguien denominaba como “su personaje….”

Yo tengo mi   “Personaje Inolvidable” y
se trata del acuanauta y gran marino Bruno Nicoletti. 

Nos conocimos alrededor de 1958 cuando venía
de trabajar en Río Turbio y se ofreció como una especie de Gerente
Administrativo que yo buscaba para la Casa Lessor (Patagonia)SRL cuyo local se
hallaba ubicado en 28 de Julio 62 de un Puerto Madryn con solo 3000 habitantes. 

Durante el tiempo que trabajamos juntos, se
estableció una amistad dado su  buen
carácter y ánimo, más una permanente  inquietud de   concretar nuevas actividades. 

Fui testigo de sus primeras inmersiones en el
gélidas aguas del Golfo Nuevo, provisto de unas elementales patas de rana de
goma y un tubo respirador o snorkel que creo recordar se fabricaba bajo la onomatopéyica
marca PAF.

Por más que Bruno me invitaba a participar a
su profundo disfrute de las aguas y pese a que afirmara rotundamente que eran
cálidas, no me animé nunca a acompañarlo.  

Sí lo apoyé, para su viaje al Valle de Trelew
donde tenía ubicados dos buenos caballos para llevárselos a Puerto Madryn y
practicar equitación  juntos. Para eso
viajó a campo traviesa e hizo noche en la mitad del trayecto.

Fueron los dos únicos equinos que tuvo Puerto
Madryn durante aquellos años y el problema de alimentarlos en vista de lo yermo
de esa zona, fue resuelto trayendo fardos de pasto en cantidad suficiente. No
existía ningún potrero o campo con pasto natural. 

Aparte de la equitación y de la caza
submarina , Bruno  buscó otros
entretenimientos y organizó un concierto de música clásica en el Club Náutico. Compartimos
nuestro gusto por la obra de  Johann
Sebastián Bach y el poseía varios discos de ese autor,

solo tuvo que alquilar un tocadiscos tipo
consola alimentado a batería.

Ignoro  donde lo obtuvo, pero lo cierto es que en el día y hora programada
estábamos el y yo solos, frente al ventanal que da al mar, solazándonos con la
música del genio de la música de todos los tiempos.

Y estábamos solos pese a los esfuerzos
publicitarios de Bruno que había contratado al vehículo con altoparlante que
recorrió las pocas cuadras del pueblo invitando a “todos” al concierto. 

Bruno por su origen europeo es una persona
con mucha cultura y musicalmente estaba en el máximo nivel posible.  

El capturaba toda clase de peces y especialmente
Meros y Salmones de un impresionante tamaño y solía ir con sus piezas marinas
por mi casa para obsequiármelos. 

Comimos el mejor pescado y en cantidades
ilimitadas gracias a Bruno. 

Pasaron muchos años desde esa época en que
terminados nuestra actividad comercial, volvimos a Buenos Aires y en una sola
oportunidad volví a Madryn visitándolo pudiendo comprobar su gran progreso.

Junto con su padre y hermano Pino, habían
puesto a punto la fábrica que alcancé a conocer cuando solo era un edificio
antiguo y abandonado de ladrillo a la vista, hediendo a pescado por haberse
elaborado en ese local años atrás. 

Es una fábrica de trajes de neoprene para
usar en las actividades subacuática y más tarde se produjeron otros accesorios
para la misma actividad. En aquella visita confirmé la gran visión y capacidad
de Bruno que desde cero había iniciado  una actividad que a otra persona  como yo mismo, no le parecía demasiado interesante para
desarrollarla a fondo,  turística  e 
industrialmente.

Por lo que leí  recientemente, además de la fábrica, posee dos locales  llamados 
La Casa del  Buceador, uno en la
calle Córdoba y Callao en Bs As y el otro en Puerto Madryn mismo.

La parte turística ha sido organizada
eficientemente y ha adquirido renombre internacional. Todo un éxito y muy bien
adminisrtrado por Pino Nicoletti y su hermano Bruno que pasó la mayor parte de
sus últimos 10 años navegando en su robusto catamarán, muy bien elegido ya que
lo llevo alrededor del mundo dos veces, superando las tormentas y grandes temporales
de todos  los mares. En su primer viaje
lo acompaño un marino joven y entusiasta llamado Ricardo Cufré y en el segundo
en el que no solo completó la vuelta al mundo sino que no tocó ningún puerto, tal
cual se lo había propuesto como desafío supremo, lo acompaño su hermano Pino,
titular de la empresa Pinosub. Hay algunas   personas jóvenes de
apellido Nicoletti a cargo de las tareas de tipo turístico, que desarrollan con
mucho equipo, incluyendo un catamarán similar al “Brumas de Patagonia” partícipe
de las hazañas de Bruno.

Le escribí un mensaje a Bruno que espero le
llegue a su poder, donde le expresaba mi admiración por sus viajes.
 

Esos jóvenes deben ser parte del
clan Nicoletti que reside en Puerto Madryn. No los conozco y solo se que Bruno
tiene varios hijos y nietos.

Corría 1956 cuando Jules Rossi, en la intuición de que nuestro país
contaba con costas similares de su natal Marsella, propicias para el buceo, se
lanzó a recorrer la costa atlántica hacia el sur, arribando a los golfos Nuevo
y San José. Con su atuendo de submarinista apareció ante los ojos de los
madrynenses como un ser de otro planeta. En 1957, el arribo a Madryn del buque
de la Armada Argentina “Murature”; resultó un factor clave en el
desarrollo de las actividades subacuáticas 

Es
en esa misma época que Bruno Nicoletti es atrapado por la fiebre del buceo.
Importa los primeros trajes de neoprene de Europa, los que ante las bajas
temperaturas de nuestras aguas, revoluciona el buceo en Madryn y en todo el
país. Luego instalaría la primera fábrica de insumos para buceo, que sigue
funcionando en la fecha.

Nació en el Véneto y una mañana salió de su casa rumbo a la
escuela.

Dos mares después (Mediterráneo y Atlántico), en el puerto
de Río de Janeiro un marinero descubrió un polizón de 15 años que quería llegar
a la Argentina. Una vez aquí, el sueño de Bruno se hizo realidad: trabajó
varios años de marinero, a bordo de buques mercantes de la flota de nuestro
país. Desde fines de los 50´s continúa construyendo una impresionante trayectoria
como buzo deportivo. Más de 5000 inmersiones en varios lugares del mundo lo han
transformado en una leyenda viviente de ese deporte en mi país y el extranjero.
Si bien el mar apareció muy temprano en su vida, tuvo que esperar llegar a los
60 años para decidir que ya había gastado demasiado tiempo en tierra.

Hace 9 años que vive a bordo de su
barco y – hasta el momento de cumplir su primer vuelta al mundo -, navegó en
forma ininterrumpida por el Caribe, el Mediterráneo, el Atlántico Norte y Sur,
y circunnavegó América del Sur. Siempre en catamarán. De sí mismo, Bruno dice
“ya no me siento ciudadano de ningún país…”. Creo que tiene razón.
Cientos de puertos en su estela y otros tantos en su proa lo confirman. 

Bruno Nicoletti, 72 anni, italo-argentino
di origine Istriana è salpato il 23
novembre da Canet en Roussillon via Canarie e Brasile per Puerto Madryn, in
Patagonia. Li, imbarcherà suo fratello Pino, di 4 anni più anziano, per dare il
giro del globo per i 40 ruggenti e senza scalo.
Bruno Nicoletti spera concludere questo giro in 100/120 giorni e essere
l”equipaggio più anziano ad averlo compiuto. Lo scopo non é battere un record
di velocità, ma di resistenza e dimostrare che la vela é una attività che puo”
essere vissuta fino a tarda età.

Primer
Vuelta al Mundo con Ricardo Cufré

La vuelta
al mundo de un catamarán por Los temibles 40 Bramadores, Pto Madryn (Patagonia)
Argentina – (Bluff) Nueva Zelanda ,sin escalas.

Ricardo Cufré. (tripulante) 

LA
BALLENA 

“La oportunidad de dar la vuelta al mundo me la dio una
ballena. Bruno  hizo un primer intento en noviembre de 1995. A los cuatro
días de estar en alta mar, chocó contra una de ellas y tuvo que volver a
reparar los timones. Fue en ese interín  que  pedí acompañarlo. Yo
desconocía la derrota . Cuando Bruno me la dijo, no lo podía creer: era 
la misma que había hecho Vito Dumas, 55 años antes. Yo acababa de copublicar su
biografía. Este viaje me pareció una mágica y natural continuación de ese trabajo
“. Así me contó Ricardo el inicio
de su aventura, una tarde de primavera. 

Desde chicos
soñaron con dar la vuelta al mundo en un velero, un sueño que pocos se plantean
y menos, logran cumplir. Enfrentados a olas gigantes y a vientos tormentosos, 7
días con un solo timón y navegando siempre hacia el este… hacia los 
amaneceres. Bruno y Ricardo cumplieron ese sueño!!!

Zarparon el 23de noviembre de 1997. La travesía les demandó más tiempo
de lo previsto, pues tuvieron que efectuar reparaciones.

 

Extracto del relato de Cufré

 
Las 11.877 millas navegadas sin escalas desde
Puerto Madryn hasta  Bluff  Harbour   (extremo sur de
Nueva Zelanda)  fueron cubiertas  en  77 días, contando los
atrasos por capas, garetes, un par de calmitas y desvíos de ruta. Allí aprendí
que las  dos   mayores  fuerzas del mar no son las corrientes
y los vientos. En mi opinión, la verdadera lucha del navegante de largo
aliento se da  contra la monotonía y el azar. La primera de las batallas 
tiene un  sesgo  eminentemente   subjetivo.

Cada quien, padecerá  – o no-,   la
monotonía en diferentes grados y se  defenderá como  pueda.
Generalmente hay poco tiempo para sucumbir a ella y hoy, aunque seamos presa
de una larga calma tropical, tenemos mil formas – productivas o epicúreas- de
capear la calma. Pero el azar es completamente distinto. Para luchar contra
él, o mejor dicho, contra sus designios, no hay subjetividad que valga y los
problemas que permanentemente nos plantea a bordo rara vez tienen que ver con
lo estrictamente náutico.

Ver: 

http://www.archivoshistoricos.8m.com/lugares/madryn.htm

http://www.pinosub.com/noticias/noticia3.htm

http://www.navigare.com.ar/cgi-bin/yabb/YaBB.pl?board=noticias;action=display;num=1036540374

http://members.tripod.com/acom_3/lehg.htm

www.pinosub.com

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