La difícil realidad que actualmente vivimos nos lleva a situaciones que nos
provocan malestar, ansiedad y muchas veces incapacidad de manejar ciertos
conflictos
Vivimos inmersos en una realidad cambiante y desconcertante, uno de los pilares:
“la seguridad laboral” que nos sostuvieron años atrás, ya no existe, la
seguridad deberá pasar por otro lado, a veces, lleva tiempo encontrar por donde
Para defendernos de esta realidad nos sobre exigimos y esto nos lleva a la
acumulación de sensaciones displacenteras, tensiones musculares, dolores de
cabeza, trastornos digestivos, irritabilidad, insomnio, etc.
Y, de
persistir esta
tensión,
aumentan los riesgos de padecer enfermedades.
Antes de que esto suceda
El primer paso
es
reconocer la presencia de tensiones, sus efectos
y
su origen.
Esto nos permitirá la posibilidad de modificar alguna de ellas
Un simple ejercicio
Cuando se sienta estresado escriba el motivo de
esa
tensión y qué
hizo para
mitigarla.
Al
finalizar el día relea lo que escribió, al listar los motivos de
su estrés se dará cuenta en qué está gastando energía inútilmente
Consejos
que lo ayudarán
–
Intensifique sus encuentros sociales
–
Acepte el llanto, es un proceso curativo emocional
–
Exprésese a través de alguna manualidad,
o escriba
–
No realice varias actividades simultáneamente
–
Haga ejercicio físico:
por ejemplo
camine,
pues
esto libera energía acumulada
–
Además de algún deporte o actividad física practique algún ejercicio de
relajación
–
Aumente los momentos placenteros
–
Busque momentos de ocio y descanso
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