No podemos hablar acerca de la administración de la sexualidad, si no comenzamos, con tomar la decisión de seleccionar una pareja, con la cual planificar, todos los demás aspectos de nuestra sexualidad. Nuestra Sexualidad, es un recurso personal, que debemos manejar con compromiso, placer, y honor.
Cuando hablamos de compromiso, aquí estamos hablando de el absoluto compromiso que debemos tener nosotros mismos, con nuestra propia sexualidad, nadie puede tener mayor compromiso con nuestra sexualidad que nosotros mismos, somos nosotros los propios dueños de nuestro cuerpo, y lo que hacemos con el, para bien o para mal, nos beneficiara o nos perjudicará.
Nuestro propio ser, en sus dos facetas el aspecto interno y el aspecto externo, se comunica con el mundo exterior, de diferentes maneras, y somos nosotros los responsables, de que esta comunicación, funcione, sea útil, y pueda efectuarse de una manera, placentera.
Nuestro cuerpo, mente, sentimientos, emociones, y demás aspectos de nuestra vida, están íntimamente relacionadas entre si, y lo que le afecta a una parte de nosotros, nos afecta en todos los demás sentidos de nuestra existencia.
Somos nosotros los responsables, de que cada uno de ellos, tenga dignidad y valor autentico. Es precisamente, en éstas tres áreas, donde podemos permitirnos disfrutar de nuestra sexualidad; con nuestro leal compromiso, a brindarle placer y honor a nuestra sexualidad.
No podemos pretender lograr estos tres pasos, sin primero, tomar conciencia, de que cuando seleccionamos a alguien en especial, para que comparta nuestra vida sexual, debemos estar enfocados en el propósito, de formar una sociedad con alguien, que desee al junto a nosotros administrar ese compromiso, ese placer y ese honor.
Cuando seleccionamos a una persona en particular, con quien compartir nuestra vida sexual, estamos en el deber individual, de seleccionar, a alguien que nos garantice, querer cooperar con nosotros, en garantizar ese compromiso, ese placer, ese honor, de manera reciproca, es decir, cuando tenemos una pareja debería ser la meta, asociarnos, para administrar juntos ambas sexualidades, y que se le pueda dar un tratamiento reciproco, donde ambos, administran por sí mismo, y para sí mismo, compromiso, placer y honor, para consigo mismo y para su pareja.
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