Si tenemos en cuenta que el maquillaje es una pintura, la piel sería el lienzo sobre el que vamos a pintar. Como todo lienzo, debe estar limpio y preparado para trabajar.
Hay tantas pieles diferentes, como seres humanos en el mundo. Pero básicamente en cosmetología, la dividimos en 4 biotipos cutáneos.
Piel Eudérmica o Normal: Aquella que tiene un perfecto equilibrio hídrico y lipídico. En la cual no se aprecian los poros de la piel, a simple vista. Es una piel lozana. Que por cierto, no es el biotipo cutáneo más común de observar.
Piel Mixta: Aquella que en determinadas zonas, tales como frente, mentón y mejillas. Llamada comúnmente la zona T. posee una excesiva acumulación de sebo
Piel Grasa o Seborreica: Aquella que presenta poros dilatados, visibles. Se caracteriza por un exceso acumulación de sebo en todo el rostro, espalda y pecho. Y por ello, se ve brillante. Es el biotipo cutáneo más proclive a padecer alteraciones tales como el acné
Piel Seca: Tiene dos posibilidades una es alípica, por lo cual las glándulas sebáceas producen poco sebo, y otra es deshidratada, con lo cual no retiene la humedad. Es un biotipo cutáneo más proclive a padecer arrugas, surcos, descamaciones.
Nota: Cuando hablamos de un exceso de sebo, no siempre está relacionado con la producción de agua. Ya que el sebo es segregado por la glándula sebácea y el agua por la glándula sudoríparas. Por tal motivo una piel grasa, puede ser grasa Deshidratada
Como primer paso limpiaremos el rostro con el producto de limpieza indicado para el biotipo cutáneo. Se enjuaga con agua fría. Secar la piel, sin frotar
Segundo paso. Brumizamos con la loción indicada para el biotipo cutáneo.
Finalmente aplicamos el producto hidratante indicado para el biotipo cutáneo.
Es importante, para mantener una piel saludable, desmaquillarla diariamente, antes de dormir. De esta manera, permitiremos que la piel respire, elimine desechos tóxicos y permitiremos que los productos o medicamentos indicados para cada afección penetren beneficiando a la misma.
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