Es imposible tener una actitud de compromiso, cuando no se siente ningún vinculo o relación de pertenencia hacia una organización, y aunque se asuman cargos, y se realicen funciones dentro de la misma, si no hay compromiso, todas los aspectos de esa relación de trabajo pueden ser considerablemente afectados; la falta de compromiso afecta a muchos aspectos:
- La relación con sus jefes inmediatos,
- El cumplimiento de sus funciones,
- La relación con sus compañeros,
- El nivel de aceptación por parte del grupo,
- El proceso de avances y logros dentro de la organización,
- Su nivel de desempeño,
- La cantidad y la calidad de los resultados de su trabajo,
- Su propia importancia para la organización, etc.
Cuando las personas están dentro de una organización y su nivel de compromiso es escaso o nulo, esta situación es muy evidente, y aunque la persona intente hacer que no sea notable, sus mismas acciones harán manifiestas su falta de motivación.
El nivel de compromiso que tiene una persona puede medirse a través de muchas variantes; ejemplo su expresión facial, la energía con la cual la hace, su constancia, su puntualidad, la calidad de su trabajo, su emotividad, etc.
El verdadero compromiso que uno puede sentir por una organización, comienza con su actitud interna y luego se manifiesta en una actitud externa. Principalmente el compromiso comienza involucrando los sentimientos, los pensamientos y las emociones, cuando este compromiso alcanza el máximo nivel internamente es cuando lo podemos manifestar de manera externa.
Una persona puede fingir tener un compromiso, pero si internamente no está comprometido con sus sentimientos, sus pensamientos y sus emociones en ello, la falta de compromiso se dejará ver en cualquier momento.
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