En el ámbito
de la Europa Medieval, donde los actos ceremoniales
eran designados por el hecho de fijar los anuncios
de los mismos en los templos y en las paredes
de lugares públicos. El pueblo, en lugar
de referirse al acto en si, lo hacia respecto
a lo fijado: stick en alemán, etiquette
en francés y etiqueta en español.
Con el correr del tiempo al crearse los pueblos,
el numero de celebraciones aumento, y para conservar
la sucesión de hechos importantes registrados
en las etiquetas, se los pegaba a lo largo de
su costado izquierdo con una cola especial,
a esto se lo designo Protocollum, cuyo significado
es la primera pegada o encolada. La absurda
interpretación del pueblo, que dio lugar
al equivoco de llamarle protocolo a los actos
ceremoniales.
Su significado se asocia con la parte escrita,
aquella que fija las reglas del Ceremonial.
Estas normas pueden ser fijadas por decreto
(tal como se hace en el campo oficial) o bien
tomadas de los usos y costumbres de los pueblos.
Estas últimas enriquecen a las primeras,
les sirven de base, dado que nada se inventa,
nada se crea sin una sólida razón
que lo respalde.
Diferencia entre
Ceremonial y Protocolo
El objetivo del
ceremonial es establecer orden y armonía
en la convivencia social. Para eso, se basa
en la cortesía, en el respeto y en la
atención entre las personas. Todo esto
requiere de normas de comportamiento. El ceremonial
se ocupa de toda la ritualidad humana, en cambio
el protocolo es la rama del ceremonial que se
ocupa de las normas referidas al estado y a
actos oficiales.
Orden de Precedencia
Es la preferencia
que se establece de acuerdo con un criterio
(edad, antigüedad, jerarquía, orden
alfabético) para dar prioridad en el
tratamiento, paso y ubicación de las
personalidades.
La precedencia máxima es la Presidencia.
Cada país o institución debe poseer
un ordenamiento de procedencia, que es necesario
estudiar con esmero, para aplicarlas en cada
situación, en cada circunstancia en particular,
ya que no hay una regla definitiva.
Cuidar los detalles pertinentes a los aspectos
formales que conforman las relaciones entre
los estados, sigue siendo fundamental para que
exista una vinculación armoniosa y respetuosa,
a pesar de la simplificación actual.
La historia muestra numerosos ejemplos de que
la inobservancia de las normas protocolares
y ceremoniales originan roces, tensiones e incluso
conflictos bélicos entre países.
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