Los seres humanos tienen la capacidad de proponerse objetivos claros en la vida, sin embargo, si esta manera de fijar metas personales, no es aprendida en la niñez, es sumamente difícil, y es sumamente prolongado el proceso de aprendizaje para lograrlo, ya que cuando no tenemos un rumbo claro y definido, no podemos saber a donde vamos, que haremos para llegar, ni que tiempo pueda ocuparnos en llegar, a algún lugar determinado.
Los hijos que frecuentemente son estimulados a fijarse metas y objetivos, adaptan este aprendizaje, a las diferentes áreas de su vida, y frecuentemente asumen la necesidad de ponerle metas a su vida, y se les hace fácil, proponerse metas de cómo usar su tiempo, su espacio, sus finanzas, sus decisiones, sus esfuerzos, y todo lo que mueve como un gran motor, el propósito principal al que el desea llegar.
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