La cultura está en transformación continua y no debe pretender normas fijas, ya que los buenos modales dependen de las costumbres que se comparten en los diferentes ambientes.
Deberíamos referirnos a reglas de convivencia respetuosas y tolerantes de las diferentes idiosincrasias.
Ha renacido el interés por los usos culturales y las llamadas “relaciones sociales.”
El protocolo es la puesta en marcha del ceremonial y la cortesía.
En cualquier acto social de relevancia política, eclesiástica, oficial, empresarial, comercial se necesitan formalidades, orden y un conjunto de reglas.
El Protocolo se ocupa de los órdenes de precedencias, tanto refiriéndose a los lugares a ocupar, como en lo referente al orden de las intervenciones de los participantes.
La misión del Protocolo consiste en lograr que cada uno de los integrantes de un grupo se sienta co-operador y partícipe en las tareas a desarrollar, para alcanzar los objetivos deseados, que son la finalidad de toda reunión.
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