Cuando decimos verdades a medias, dejamos que la imaginación de nuestro interlocutor, divague.
Hay gente que esto le resulta muy práctico, por que este es realmente su objetivo, es decir, que el otro interprete a su manera lo que quiera, así yo no salgo como mentiroso, y siempre puedo escudarme en que eso no fue la forma en que lo dije, y de
Alguna manera, siempre el otro terminará siendo el culpable, solo por haber entendido mal.
Este tipo de comunicaciones, no son efectivas, ni saludables, generando ambientes pesados, poco constructivos, tendientes a los conflictos, y valga la redundancia llenos de malos entendidos.
Además de ello, la reacción que se genera en el interlocutor, es
exactamente la de desconfianza, y falta de credibilidad.
Que son contrarias a los principios en que debe ser fundamentada toda relación.
Procure no ser ambiguo y misterioso, la claridad definitivamente le proporcionará muchos y mejores beneficios.
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