Para
muchas personas, la redacción de un texto
resulta ser más complicado que la emisión
de mensajes a través del habla, pero
no hay de que preocuparse: con una previa organización
de lo que se quiere plantear, resulta ser muy
sencillo.
Ejemplo: si se quiere comunicar un caso de robo en un
banco con rehenes y un herido, se realizaría
primero que todo una previa investigación
de lo sucedido, con lo que llamamos fuentes
(personas, textos o pruebas que demuestren la
veracidad de ello). Al obtener estos datos,
se deberá organizar la información
que se quiere comunicar. Para ello, se pensará
en el cuando, donde, a que horas, porqué,
cual y cómo fue lo sucedido.
Al obtener una lluvia
de ideas y textos, se procederá a tener
un lenguaje claro y sencillo, con una excelente
ortografía, eliminando muletillas o repeticiones
de palabras como entonces, el, la los, etc.
Otro punto importante
para la buena redacción, es el de cuadrar
los textos que tengan relación entre
sí, es decir que si se habla de que sucedió
en un sitio cercano como X, seguir comentando
del sitio y no después volver más
adelante a hablar de ello. Hay que dar al texto
una continuidad.
Se debe también
clasificar el tipo de información por
orden de importancia, primero lo sucedido o
lo que se quiere comunicar, luego poco a poco,
introducir testimonios o análisis de
esta eventualidad.
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